Quien ha visto la televisión argentina en Enero, sabe de sobra y hasta el hartazgo que por aquí llovió mucho, muchísimo y hubo algunos problemitas. El río se desbordó, ocurrieron algunos deslizamientos de vías y además murieron en una avalancha de lodo una chica argentina y un guía.
Sin embargo, los incas eran tan previsores, que la ciudadela propia no sufrió ningún daño, dado que está equipada con un sofisticado sistema de drenajes subterráneos. Los arqueólogos? El Instituto Nacional de Cultura? No, no, lo hicieron los propios incas…
Hoy, a mediados de Marzo, el acceso sigue cerrado. Pasemos a explicar un poco cómo funciona esto. A Machu Picchu todos los años llegan miles de personas pero no hay camino de auto que llegue hacia allí. La única forma es tomar un tren que, oh casualidad, está concesionado a alguna empresa extranjera, y además vale un ojo de la cara. La otra es hacer 4 días por el camino del Inca (sí o sí hay que hacerlo con agencia de turismo y con guía). O la última opción es un viaje bien hardcore que involucra tomar como 3 bondis y caminar 2 días por las vías del tren desde la selva.
El caso es que aparentemente y como siguen reparando las vías del tren, la empresa “convenció” al INC para que mantenga a Machu Picchu cerrado, a pesar de que no hay razón alguna para que esto sea así. Para esperar, ya hay reservadas con antelación a partir de Abril unas cuantas semanas a unos precios astronómicos.
Así, la única opción es tomar la opción 3 y conformanos con subir a un cerrito que está enfrente, fuera del parque. Chequeamos el tiempo y va a seguir lloviendo por unos cuantos días. No gracias, conoceremos Machu Picchu en otro momento.
Con todo gusto Clarita y yo los acompañaremos, nos aceptan?
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