jueves, 29 de abril de 2010

Cine a bordo



Cuando un cinéfilo está viajando por tanto tiempo y no tiene acceso a la televisión, realmente espera ansioso el momento de tomarse un bus albergando secretamente la esperanza de disfrutar de una buena película. Nada más alejado de la realidad.

En lo que va de nuestro viaje, hemos tomado aproximadamente unos 30 buses y visto una cantidad más que considerable de películas. Lamentablemente, la mayoría de ellas, pésimas. Desde una de Cantinflas, hasta Barrio 13 de Luc Besson, pasando por una de Jackie Chan hablada en chino, otra de unos niños cantores del Brasil y una coproducción peruano-estadounidense de los ‘70 sobre cosas raras que suceden en Iquitos, la selección de películas ha sido insufrible.

Las excepciones son contadas: Indiana Jones y la Calavera de Cristal, El Gran Truco, El Tesoro del Amazonas (The Rundown) y la comedia romántica a bordo del eterno viaje en tren de Tupiza a Uyuni (menos mal que al menos tenían buenas películas para sobrellevar la espera).

Yo creía que había presenciado el colmo del cinismo cuando hace más de 10 años, en un bus que atravesaba la cordillera de los Andes, desde Mendoza a Viña del Mar, el chofer no tuvo mejor idea que poner “Viven”. Inmediatamente todos los pasajeros comenzaron a inquietarse y, por suerte, luego de una charla esclarecedora, el chofer entendió la delicadeza de la situación y cambió a una comedia.

Pues bien, en este viaje, el cinismo de aquel chofer fue ampliamente superado por algún ayudante o “terramozo” que no tuvo mejor idea que poner una película llamada “Tráfico de mujeres”, golpe bajo si los hay. Como mujer que está viajando por Latinoamérica esta película te deja bastante intranquila. Otro golpe bajísimo resultó ser una película cristiana, supuestamente pensada con el propósito de evangelizar, que contaba la historia de un matrimonio que empezaba a alejarse de Dios. Él engañaba y golpeaba a la mujer hasta que un día ella se cansa y se separa y, mientras ambos padres incrementan su odio recíproco y se preocupan por cómo cagar al otro en el juicio de divorcio, su hijo muy afectado tiene un accidente y muere.

Hoy en día, donde es tan fácil y tan barato acceder a todo tipo de películas, cuesta entender porqué estos señores eligen “entretener” a sus pasajeros con bodrios de terror como The mountain has eyes II” o una peli recontra vista como “Un paseo en las nubes”. ¿Tanto cuesta elegir una comedia ligera o una de suspenso? Nadie pide un estreno o una ganadora del Oscar pero por lo menos algo que resulte llevadero y que no te deje con un nudo en el estómago.


Dada esta continuada serie de fiascos cinematográficos, enfilamos para el cine con la intención de ver la última de Mel Gibson (Al filo de la oscuridad). Así nos encaminamos hacia el Larcomar, un centro comercial enclavado en medio del barranco frente al océano en el pituco barrio Miraflores (de lo mejorcito de Lima). Como la peli ya no estaba en cartelera, nos decidimos por la ganadora del Oscar a la Mejor Película: Zona de Miedo (The Hurt Locker). La peli, si bien es entretenida y está muy bien llevada, resultó un fiasco. Una reafirmación del patriotismo estadounidense que poco tiene que ver con nosotros.

Pero lo interesante fue la experiencia de una salida típica local:
- Descubrir que acá están todas las mismas cadenas que en Argentina: Cinemark, Village y Hoytts y que no se trata de una salida de lujo como en Buenos Aires (acá la entrada cuesta 9 soles, algo así como unos 12 pesos argentinos, mientras que allá, cuando nos fuimos, la entrada ya rondaba los 25 pesos en el Abasto. ¡Si tan solo ir al cine en Buenos Aires fuera tan accesible!).
- Comprar la entrada en una boletería que parecía más un banco que un cine y que la entrada sea el ticket de compra (por ende, si compras 3, 5 o 10 entradas, igual te dan un solo ticket. Qué complicado debe ser cuando uno del grupo tiene que ir al baño. ¡Imagínense estar pasándose el ticket en medio de la película!).
- Llegar puntualmente a la sala y notar que la función no empieza en horario.
- Mirar los avances de 3 películas de terror (lo que denota tanto el género como la calidad) con todas las luces encendidas (aquí no hay propagandas ni chocolateros).
- Disfrutar de una calidad de audio e imagen precaria, que nos recuerda a la que había en las salas de Argentina, al menos en Buenos Aires, unos 10 años atrás, quizás un poquito más también.
- Ver la película en una pantalla que no se hace WideScreen y con comentarios (y gritos) permanentes de los demás espectadores.
- Que te prendan las luces cuando aún no aparecieron los créditos de la película.

En el camino de regreso al hostel nos prometemos conseguir algunas buenas pelis para tener en la compu en caso de extrema necesidad.

Saludos a todos desde el camino,

Marie
Lima, Perú
30 de marzo de 2010

miércoles, 28 de abril de 2010

¿Alguien lo conoce al señor?

A ver, por ahí? Quién conoce a este señor del cuadro? Bigotito bien prolijo, a la moda del 1900. Una ayudita? Si, si, es argentino. Profesión? Abogado, político. Ah, si, fue presidente hace 100 años. Todavía no lo tienen? Con esta seguro que los memoriosos lo sacan, estaba atrás de los viejos billetes de 1 peso. No? Bueno, promovió una de las leyes argentinas más importantes del siglo XX, la del sufragio universal, secreto y obligatorio…(en realidad nunca sabremos cuanto la promovió el y cuanto lo obligaron los radichetas de don Hipólito) Si, Roque Saenz Peña. Ustedes se preguntarán entonces qué hace acá en Lima, secundado también por la bandera peruana y cómo será todo el asunto.

Se acuerdan de la Guerra del Pacífico? Breve resumen, conflicto bélico de fines del siglo XIX en el cual, salitre y guano de por medio Chile se quedó definitivamente con el litoral marítimo boliviano (tragedia griega épica para los verdes) y dos de tres provincias peruanas, Tarapacá y Tacna. Si claro, en el proceso, las aplastantes tropas chilenas llegaron hasta Lima y estuvieron gobernando la ciudad por un par de meses. Además, como efecto colateral de la guerra, quedaron sepultadas definitivamente las pretensiones chilenas sobre la patagonia oriental con el tratado de 1881. Roca, zorro viejo y rápido de reflejos, aprovechando la situación y siendo Argentina aliado histórico del Perú, comenzó por esos días a comprar armamento y a alistar tropas en la frontera. Los chilenos, temiendo no sólo tener que enfrentar al poderío Peruano (las fuerzas bolivianas nunca contaron en esto) sino también a Argentina decidieron canjear neutralidad por ya improbables tierras desiertas al otro lado de la cordillera. Mejor pájaro en mano que cien volando.

Pero no nos disgreguemos en demasía, veníamos a hablar aquí de Saenz Peña, y es que por alguna extraña razón esta buen hombre, diputado de la nación por aquel entonces y sin ningún prolegómeno militar, al enterarse del conflicto, decide alistarse en el ejército peruano y combatir.

Situación extraña, luego de algunas batallas ganadas y perdidas, la vida lo encuentra jefe de división en el morro de Arica, junto a un tal Bolognesi, general de las tropas peruanas, defendiendo una plaza imposible, rodeado por mar y tierra por chilenos.

Cuenta la historia que los transandinos le ofrecen gentilmente la rendición a Bolognesi, y este, luego de consultarlo concienzudamente con sus subordinados la rechaza de plano. Lucharían hasta morir.

“Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”

En efecto Bolognesi termina malherido y muere luego, mientras que Saenz Peña salva por poco el pellejo, a un general chileno le llamó la atención que fuera argentino y que además no suplicara por su vida. Quién diría, 10 años después sería presidente… Hoy ambos son héroes para la historiografía del Perú y tienen un lindo museo en el centro de Lima.

lunes, 26 de abril de 2010

Las Galápagos de los pobres


Como algunos ya sabrán, las verdaderas galápagos son ecuatorianas, están a más de 1000 kilómetros de las costas sudamericanas, encierran una riquiza faunística excepcional y por sobre todas las cosas son excesivamente caras. Los cálculos más conservadores dicen que hay que contar al menos con 800 dólares por persona para hacer una pequeña visita, y obviamente eso está completamente fuera de presupuesto.

Sin embargo aquí, en Paracas, a muy poca distancia de la costa hay un grupo de islas de una riqueza faunística excepcional, se llaman las Islas Ballestas. Allí se pueden observar miles de aves de todo tipo y color, lobos y elefantes marinos, delfines y hasta pinguinos de Humboldt. Hacia allí vamos y estas son las fotos de este hermoso lugar.

Hace algunos siglos, estas islas eran extremadamente valiosas por el guano que se conseguía aquí. Por suerte, alguien inventó los fertilizantes sintéticos y ahora estos bichitos viven en paz y sólo viene alguien a extraer guano una vez cada cinco años.

Lo malo, estuvimos sólo 50 minutos  L

domingo, 25 de abril de 2010

Un macho bien latinoamericano

Ellos se van de casa bien temprano y no regresan sino hasta pasado el atardecer. Se juntan en la playa a pasar el día lejos de sus mujeres e hijos. A lo largo del día no hacen prácticamente nada salvo darse unos cuantos chapuzones. Van alternando entre la playa y el mar. De vez en cuando, se alejan un poco más para conseguir algo de comer por su cuenta si bien su amigo, Luis, los espera todos los días con un delicioso menú al que no pueden resistirse. Van de aquí para allá, todos juntos, cual rugbiers, adonde quiera que vaya Luis. Lo esperan ansiosamente y siguen cada uno de sus movimientos atentamente. Y cuando uno se acerca a Luis, ellos se quedan allí y hasta participan de la conversación (a su modo). Es más, algunos más caraduras, hasta piden que les saquen una foto. Acá está, este es, el típico macho latino: 


Saludos a todos desde el camino,

Marie
Paracas, Perú

sábado, 24 de abril de 2010

Bahía de Paracas, el comienzo del fin

¿Les gusta esta fotito de Paracas al atardecer? Parece exactamente lo que es, un lugar bien tranquilo, en el que el árido desierto peruano se junta con el mar y da vida a un sinnúmero de aves y mamíferos.

Sin embargo, hace casi unos 190 años esta Bahía fue protagonista de uno de los hitos de la historia americana (). la Normandía de las guerras de la independencia americana. Exactamente aquí, el ejército libertador argentino/chileno comandado por San Martín y financiado integramente por Chile (la República Argentina no puso un solo morlaco) desembarcó en las costas peruanas, 270 kilómetros al sur de Lima para dar el golpe decisivo y expulsar para siempre a los españoles de América (http://es.wikipedia.org/wiki/Desembarco_de_San_Martín).

190 años después la mejor empresa de transporte de Perú ofrece un servicio “rápido” Buenos Aires – Lima, entrando por Mendoza y tardando nada más que casi 3 días enteros. Pensaba yo, ¡qué locura viajar 3 días enteros en bus!, pero San Martín evidentemente estaba más loco todavía. Pongamos las cosas en perspectiva, llegó hasta esta remota bahía con un ejército entero, con mulas, armas, cañones, ganado y quien sabe cuantas otras cosas más, después de cruzar los Andes, pelear en Chile y armar de cero la primer armada sudamericana para venir hasta acá. Y todo para avanzar finalmente sobre el último centro realista de Sudamérica y asegurar la independencia.

Y todo esto sin ningún apoyo del gobierno argentino.




viernes, 23 de abril de 2010

A ver ese Pisco!

Después de un largo tiempo a una altura considerable, decidimos dejar el frío y la cordillera para bajar finalmente al océano Pacífico. La excusa en este caso es conocer el valle de Ica y allí probar el Pisco peruano. Al final del post les daré mi veredicto. Chileno o Peruano? Esta es la cuestión.

Además, por primera vez desde que salimos desde Argentina, logramos contactar con un grupo de couchsurfers locales, que nos darían un lugarcito y nos llevarían a conocer la ciudad y también el oasis de Huacachina.

Como es la costumbre nos tomamos un bus nocturno, esta vez de CIAL y también nos asamos lentamente, aunque el “terramozo” esta vez fue un poquito más piadoso y nos encendió la ventilación más tiempo. Al despertar, el paisaje por la ventanilla es bien distinto al del día anterior. Por doquier se ven dunas enormes de arena, como si fuera el Sahara, piedras que reflejan el sol y caseríos hechos mayormente en mimbre que se sacude con el viento que todo lo arrastra desde el mar. Una sola palabra le cabe a este paisaje, desolación, es el desierto mismo, abrasador e impiadoso.

Pasamos por Nazca, donde hay unas líneas muy extrañas hechas hace mucho tiempo por una civilización primitiva. Pienso en Pedro de Valdivia, en Diego de Amagro y en sus conquista de Chile desde el Perú. Debe haber sido bravo cruzar este desierto a caballo, sin más.

Llegamos a Ica y la ciudad está a medio destruir. Aquí en el 2007 hubo un fuerte terremoto y muchas casas de adobe se fueron a tierra, los baldíos siguen allí, testigos mudos de la destrucción y también de la desidia y el desinterés por reconstruir lo perdido.

En la plaza nos encontramos con Christopher y Ricardo, dejamos las mochilas en nuestro couch y nos subimos a un taxi a ver una de las bodegas. Para qué mentirles, no se si tuvimos mala suerte o qué, pero las bodegas francamente son paupérrimas, yo esperaba algo un poco más tecnificado, parecido a Mendoza. Bajo el conveniente mote de “artesanal” engloban producciones de baja calidad y muy bajos volúmenes. La frutilla del postre fue la bodega de un supuesto “descendiente” de Simón Bolívar, un completo desastre.

Me cuentan en varios lados que prácticamente la mitad de los cultivos del valle son intereses chilenos. Me dicen que ellos traen la inversión, que vienen con dinero a cuestas y que compran producciones de varios años con antelación. Sinceramente, y luego de perder Arica y Tarapacá en la Guerra del Pacífico, me cuesta creer con qué facilidad los capitales chilenos invierten por esta zona. Después de ver las bodegas me queda bien claro por qué.

Vamos a probar suerte con el oasis de Huacachina cuando cae el sol. El lugar es increíble para hacer sandboard y recorrer las dunas, alguna vez fue un reducto de la elite peruana, hoy es un lugar de diversión para los gringos que recorren Sudamérica. Tiene un poquito de olor a viejo.

La noche en Ica fue larga, la habitación que nos prestaron realmente penosa. Creo que hemos dormido en general en muchísimos lados y no tenemos grandes pretensiones pero este fue por lejos el lugar más sucio y feo en el que dormimos y lo hicimos simplemente para no despreciar. Por la noche pusimos los aislantes por sobre el colchón y con un ojo abierto y el otro cerrado intentamos dormir mientras algunas cucas caminaban por ahí y me hacían acordar a Homero. A las 5 y con el sol dejamos todo y nos fuimos corriendo a comprar pasajes en Cruz del Sur. No hay mucho más que ver por aquí.

La respuesta? El peruano es muy rico, pero el chileno es muchísimo mejor. Ah, el vino que producen acá y que le gusta a casi todo el mundo es dulce, bien dulce, casi hecho con uva chinche y peor que el Uvita. Mejor me quedo con el Pisco.

jueves, 22 de abril de 2010

Amor cibernético!

Hasta aquí y por el bien de todos no hemos tocado el asunto de la música folclórica típica de esta parte de las sierras (aunque sean montañas bien grandes, aquí la gente les dice sierras), pero 5 o más horas de continuo bombardeo de videos con artistas de la talla de Rosita de Espinar, Damaris, Evelyn Aldave y Marisol Cavero han sido más que suficientes y realmente necesito me ayuden a digerir todo esto.

Las letras son una exquisitez, los temas recurrentes son el despecho, la venganza, el alcohol y otras cosillas más. Pero por favor, miren estos videos por ustedes mismos, la fotografía es imperdible también:

Aquí va la de la chica de los escudos en la pollera:

Cómo obviar a los llauja bolivianos con su cara de oveja:

Las morenadas de los muchachos de Bonanza y su trencito:

Y este sí, es imperdible, la revelación sureña, Rosita de Espinar y su amor cibernético. Antes de ponerlo tienen que subir al máximo el volúmen de los altoparlantes y realmente concentrarse. Lo que van a ver y escuchar merece completa atención:

Y para finalizar y redimirnos, cómo no incluir aquí si una obra maestra del folclore peruano, tocada y gastada miles de millones de veces en todo el país:


Espero que el post de hoy les haya gustado, los puedo ver reírse del otro lado del monitor escuchándola a Rosita…

miércoles, 21 de abril de 2010

¡Qué flash, loco!


Tan acostumbrados como ya estábamos a las terminales de buses peruanas bulliciosas, mal iluminadas y algo sucias, el Terrapuerto de Arequipa fue toda una sorpresa.

Esta Terminal se encuentra inmediatamente al lado de la Terminal Terrestre (sí, una Terminal al lado de la otra) y no hemos podido entender bien cuál es la diferencia entre ambas, si es que la hay. Por ejemplo, hay algunas empresas que tienen oficinas en ambas terminales y otras que no, solo se encuentran en una de ellas.

Como les decía, llegamos al Terrapuerto 30 minutos antes de la hora en que debíamos partir a bordo del bus Cial que nos llevaría a la calurosa ciudad de Ica, en medio del desierto, preparándonos mentalmente para el griterío y el abordaje de los taxistas y los transportistas con sus ofertas de viajes. Sin embargo, el paisaje esta vez fue distinto, para bien de nuestra salud mental y emocional. Aquí reina el orden y la calma, y el voceo de las ofertas de los distintos transportistas es nulo. Todo brilla más, hay menos movimiento y más espacio. Relajados, fuimos en busca del mostrador de nuestra empresa y resultó que detrás del mismo había un cómodo salón de espera con sillones, plasma y hasta café gratis!!! ¿Acaso estamos soñando? Pellízquennos!


No, es la realidad. Una vez despachado el equipaje por el mostrador (y de haber recibido el comprobante correspondiente), uno es invitado al salón de preembarque a aguardar hasta que llegue la hora de partida. Te sentís como un rey o un ejecutivo en el salón VIP del aeropuerto.

Aquí hay definitivamente algo bueno que quizás podría implementarse en Argentina. ¡Que alguien le avise al presidente de Tebasa por favor! ¿Se imaginan un Retiro ordenado y limpio donde los pasajeros aguarden en cómodos sillones de cuero mientras se toman un cafecito y ven un partido de la Libertadores en lugar de esas incómodas sillitas de plástico del año del ñaupa? ¿Alguien se atreve a soñar?

Saludos a todos desde el camino,

El cañón más profundo del mundo (casi)

Hoy salimos con todas las ganas de Arequipa a pasar unos días en el “Canyon County”. A una distancia relativamente corta de la ciudad hay varios cañones soberbios, entre los que según se dice en varios lados, está el más profundo del mundo, el Cotahuasi.

Sinceramente el Cotahuasi está muy lejos, y tiene a su hermanito el Colca (http://es.wikipedia.org/wiki/Valle_del_Colca), que es casi igual de profundo a 100 kilómetros menos de aquí (nótese que 100 kilómetros acá pueden ser tranquilamente 3 horas de viaje). Para que tengan una idea es más del doble de profundo que el Cañón del Colorado.

Saliendo de Arequipa y dejando atrás el bullicio urbano, el bus va subiendo por una pampa de altura, cada vez más, hasta llegar a los 4800 metros. Hace frío y por la ventanilla se ven vicuñas tomando agua en el medio de la inmensidad del páramo. De allí es todo curva y contracurva hacia abajo, a Chivay, donde comienza propiamente el cañón. 

Paramos un ratito, bajamos al baño y ya nos quieren enchufar el “ticket de acceso” al cañón, que sale 35 soles por persona y supuestamente es “obligatorio”. Obviamente nos negamos de manera muy cortés a abonarlo. Es una “avivada” de la municipalidad de este pueblo para sacarle plata a los gringos desprevenidos que pasan por aquí. Eventualmente se cansan de nosotros y nos dejan seguir, rumbo a nuestro destino final, Cabanaconde.

Antes de llegar al pueblito donde dormiríamos, la vista es soberbia, el cañón se estrecha más y más en un lugar que se llama Cruz del Cóndor. El río corre encajonado a los 2300 metros mientras que las cumbres superan fácilmente los 5000 metros. Saquen ustedes mismos la cuenta y verán de cuánto es la caída vertical… Las luces del atardecer van formando extrañas figuras y las sombras van convirtiendo a los abismos en vacíos casi tétricos.

En Cabanaconde nos quedamos a dormir en lo de Mirko, un peruano fanático de las camisetas argentinas, tiene 7 por ahora y casi todas de Messi. Siguiendo sus indicaciones, al otro día bajamos al Oasis, no sin antes perdernos un ratito en el maizal. 

El Oasis es un lugar increíble a la vera del río, en el fondo del cañón, donde abundan las piletas y unas chocitas de caña para pasar la noche. Tardamos como 3 horas en bajar, lo difícil es la subida al otro día, y sí que lo es. Más de 1200 metros para arriba, todo en zigzag. Salimos a las 5 y media de la mañana para evitar el sol y llegamos completamente muertos, pero lo hicimos! No se si será el más profundo, pero sí que cuesta, y pudimos! Ahora, a dormir en el micro de vuelta.




martes, 20 de abril de 2010

Una segunda oportunidad para la ciudad blanca

A Arequipa la dicen la ciudad blanca, sucede que las construcciones más antiguas están todas realizadas en una piedra bien blanquita, el sillar. Además de ser la segunda ciudad en población del Perú, con casi 800.000 habitantes, nuestra guía dice que es una ciudad con “estilo” y que es la cuna de los movimientos de derecha peruanos.

Particularmente, y sin ofender a nadie, al estilo todavía lo estoy buscando. No es una ciudad intrínsecamente fea, pero por alguna razón no me cae bien. Parece un poco peligrosa y todo es bastante desordenado aquí. Los minibuses están realmente enajenados, creo que hoy por la mañana tomamos uno y casi chocamos 3 veces en menos de media hora.

Le damos una oportunidad más y vamos a ver el convento de Santa Teresa, atracción imperdible de esta ciudad sureña. Al llegar a la boletería nos encontramos con que la entrada cuesta 30 soles, algo así como 40 y monedas. Realmente el convento puede ser hermoso, pero ¿casi 50 pesos para entrar? No way… Probamos con la Catedral, pero siempre, siempre parece estar cerrada. Aquí no tenemos suerte.

Simplemente entonces nos dedicamos a vagar por ahí y vamos a un barrio bonito, donde supuestamente hay buenas panorámicas. Lo primero que me llama la atención es algo que luego veremos es muy común en todo el Perú. Atenti a los promotores de la mano dura, acá no se andan con vueltas, las casas tienen casi todas un cerco electrificado, y ojo, no solo casas ampulosas, sino bien pero bien comunachas.

Lo segundo que me llama también la atención son los diarios que se leen por estos lugares. Ustedes creían que Crónica era prensa amarilla? Crónica sería un señor diario, hecho y derecho aquí. Péguenle un vistazo sino al diario “El Chino” (http://www.elchino.com.pe). El mejor título que vi hasta ahora decía algo así como “Comprobado: Jesús tuvo gemelas con María Magdalena”. Nunca falta también el diario que dice que los científicos predijeron el fin del mundo ni el que muestra unos cuantos fiambres en su portada principal. La violencia es bastante explícita y la gente anda por todos lados leyendo estos diarios super morbosos. Que la gente lea estas boludeces va explicando unas cuantas cosas…

Definitivamente, salvo los sanguches de Mamut, Arequipa no me cae muy bien. Supongo que lo mejor que tiene la ciudad es que está cerca del cañón del Colca.

lunes, 19 de abril de 2010

Arequipa, en los dominios del Misti

Dejar esta hermosa ciudad no es cosa fácil. A pesar de los buses correcaminos (porque están todo el tiempo tocando la bocina beep-beep) y de los insistentes “ofrecedores” de cosas/servicios Cusco invita a quedarse. Después de mucho deliberar cuál sería la mejor compañía, compramos un boleto hacia Arequipa, la ciudad del Misti, en el bus Carhuamayo. El plan, bien simple, viajar de noche, intentar dormir lo mejor posible y amanecer con todas las pilas en la segunda ciudad del Perú. Inocentes nosotros, todavía no sabíamos cómo iban a querer asarnos como indefensos cuyes.

Por alguna extraña razón que todavía desconocemos, aquí la gente tiene el termostato severamente desbalanceado. Nuestra experiencia nos mostraría más adelante que es perfectamente normal viajar en un bus completamente cerrado, con la calefacción prendida, la ventilación apagada, 27 o 28 grados de calor y la gente mayormente tapada hasta la manija con cuanta cobija encuentre por allí. Mi única hipótesis asevera que la gente de la costa está acostumbrada a un clima demasiado caluroso y entonces cualquier temperatura por debajo de los 20C es inadmisible. La cuestión es que viajar así es desesperante, y encima la “terramoza” no nos dio ni bola, me sentía un pollo al grill.

Finalmente y gracias a los astros del cielo llegamos a Arequipa bien temprano en la mañana. Al menos al llegar, la ciudad no parece gran cosa, la terminal de ómnibus está en una zona no muy agraciada, y de hecho la gente parece estar bastante preocupada por la seguridad. Cuidado! Me dice una señora en el hall de la terminal, recién le robaron el portafolio a un señor en un descuido…

Lo que sí parecen bien bonitos son tres volcanes que señorean la ciudad. El principal, el Misti, tiene un cono casi perfecto, sólo que está siempre tapado por una neblina/bruma bien espesa y grisácea. Sospecho que es smog…


domingo, 18 de abril de 2010

Expedición a la Cuyería

Aquellas personas impresionables por favor abstenerse de ver el contenido del siguiente post. Imágenes fuertes pueden herir la susceptibilidad del más recio.

Alguna vez vieron al gordito de Travel & Living que viaja recorriendo el mundo y probando cuanta cosa extraña encuentre en algún mercado? Quién no soñó alguna vez con ocupar su lugar y probar deliciosos manjares exóticos?

Resulta que aquí, en el Cusco, hay un platillo que inmediatamente llama la atención, el cuy! Si, para los que no lo conocen, el cuy es como una ratita, digamos algo así como un cobayito, que los Incas lo tenían como nosotros podemos tener los ravioles del Domingo o un asadito. Cómo entonces no tentarse y probar? Incluso es tan popular que en la catedral hay un fresco enorme, con la última cena y en lugar de pan, los amigos están compartiendo entre todos un rico cuy.

Luego de las averiguaciones de rigor, emprendimos la expedición hasta el “Sol Moquehuano”, según muchos la mejor cuyería de todo el Perú. Allí, enclavado en el barrio alto (pagando el taxi sólo 3 soles y no 6 como nos querían cobrar inicialmente) y sólo frecuentado por locales, se sirve cuy y sólo cuy, nada más. Para los que quieran indagar aún más, la preparación consiste en despellejar al animalito, quitarle sólo la piel y luego cocinarlo así como viene entre dos piedras bien calientes. El nombre? Cuy chactado. El gusto? Delicioso!!! Miren:




Ah, hay que comerlo con Inca Kola, eh! Y para los más avezados, se le quita un huesito de la cabeza que se llama zorrito, se lo rompe y el juguito se pone en la limonada, la cerveza o lo que uno esté tomando.


sábado, 17 de abril de 2010

Nos quedamos con las ganas

Quien ha visto la televisión argentina en Enero, sabe de sobra y hasta el hartazgo que por aquí llovió mucho, muchísimo y hubo algunos problemitas. El río se desbordó, ocurrieron algunos deslizamientos de vías y además murieron en una avalancha de lodo una chica argentina y un guía.

Sin embargo, los incas eran tan previsores, que la ciudadela propia no sufrió ningún daño, dado que está equipada con un sofisticado sistema de drenajes subterráneos. Los arqueólogos? El Instituto Nacional de Cultura? No, no, lo hicieron los propios incas…

Hoy, a mediados de Marzo, el acceso sigue cerrado. Pasemos a explicar un poco cómo funciona esto. A Machu Picchu todos los años llegan miles de personas pero no hay camino de auto que llegue hacia allí. La única forma es tomar un tren que, oh casualidad, está concesionado a alguna empresa extranjera, y además vale un ojo de la cara. La otra es hacer 4 días por el camino del Inca (sí o sí hay que hacerlo con agencia de turismo y con guía). O la última opción es un viaje bien hardcore que involucra tomar como 3 bondis y caminar 2 días por las vías del tren desde la selva.

El caso es que aparentemente y como siguen reparando las vías del tren, la empresa “convenció” al INC para que mantenga a Machu Picchu cerrado, a pesar de que no hay razón alguna para que esto sea así. Para esperar, ya hay reservadas con antelación a partir de Abril unas cuantas semanas a unos precios astronómicos.

Así, la única opción es tomar la opción 3 y conformanos con subir a un cerrito que está enfrente, fuera del parque. Chequeamos el tiempo y va a seguir lloviendo por unos cuantos días. No gracias, conoceremos Machu Picchu en otro momento.

viernes, 16 de abril de 2010

Completamente arruinados

En la otra punta del Valle Sagrado, y hoy con un puente menos a causa de las lluvias de febrero último, el pueblito de Pisaq guarda tras de sí una de los complejos incaicos más grandes de todo el valle, así que hacia allí vamos los exploradores! Desde Ollanta y bajo la persistente llovizna nos tomamos una pequeñita combi pistera hacia Urubamba y luego allí transbordamos a un micro un poco más grande pero no menos destartalado hasta nuestro destino final.

El valle es sencillamente hermoso y la sucesión de curvas al costado de las aguas que en algún momento llegarán al Atlántico a través del Amazonas es un deleite constante. Un tranquilo deleite hasta que entrando al pueblito de Calca el chofer decide jugar una mala pasada a un colega, un pecado mortal. En maniobra arriesgada le cruza el vehículo enfrente al minibús rojo y en un abrir y cerrar de ojos… le roba los pasajeros! Y se arma la podrida! De repente el chofer y el cobrador no están más y la gente se empieza a impacientar. ¿Dónde están? Adelante, en plena “avenida” preparándose para la contienda. Se acuerdan de las peleas de Batman y sus onomatopeyas? Puff, paff, bang! Imprevistamente, de algún lugar sale la mujer del conductor del bus rojo, una cholita a los cintazos limpios persiguiendo a ambos. Uhhh, ahhh! Se están dando! La gente disfruta del espectáculo, hasta que así como empezó, termina de repente. Algún aburrido llamó a la yuta que después de comerse pacientemente unos panchos decide venir a ver que pasa. Vamos, vamos, arrancá, que viene la policía…

Aquí es increíble todo lo que puede suceder en meros 33 kilómetros. Así, después del espectáculo y de “escapar” de la perezosa policía, llegamos a Pisaq a ver estas ruinas. Después de arreglar dónde quedarnos a dormir (lo bueno es que está todo re muerto y los precios son bien bajos) negociamos con un taxi (los relojitos no existen y todo se negocia de antemano) para que nos lleve hasta la parte alta de las ruinas. Desde allí y  caminando luego de algunas horas llegaremos nuevamente al pueblo.

Estas ruinas sí que son increíbles. Para empezar son enormes, enormes, calculo que de una punta a la otra hay como 2 o 3 horas de caminata. Primero hay gigantescas terrazas donde cultivaban el maíz, después una fortaleza militar en lo alto de un peñasco. Atrás, un cementerio y adelante la zona cívica. Ah, entre medio estos tipos hicieron un tunel adentro de la roca para facilitar el tránsito, y también construyeron el Intihuatana, un templo a Inti, el sol, con las rocas bien cuadraditas, pulidas y las puertas todas de doble jamba.

Después, entre otras construcciones tenemos que encontrar el camino hacia el pueblo, pero no lo encontramos… El pueblo está ahí, no puede estar lejos. Nos encontramos también con un taiwanés que está igual que nosotros. Lo que sucede es que aquí también cambiaron el puente de lugar, pues el viejo está por caerse. Al fin encontramos la senda y comenzamos a bajar, escalones, escalones y escalones. Parece que los incas hicieron toda una ladera de la montaña de escalones! Al ratito estamos nuevamente en el pueblo, y justo después que cerró la feria! Que bueno, no me gustan mucho las ferias…  

jueves, 15 de abril de 2010

Ingenieri!!

Después de unos días haciendo un poquito de fiaca en Q’osco (Cusco para los amigos) decidimos ir a conocer más de cerca donde vivían los incas. Ya habíamos conocido Coricancha, Sacsayhuamán, Q’enqo, Puka Pukará y Tambomachay y realmente la conclusión por ahora es que estos tipos estaban completamente del tomate. Particularmente nunca me llamó demasiado la arqueología y las cosas muy viejas, pero la calidad y la sofisticación técnica que tienen estas construcciones es admirable. Especialmente me llamó muchísimo la atención la perfección de los bloques constructivos y que no utilizaban ningún tipo de material para las juntas. Ah y me olvidaba, todo con sus sistemas de desague y tecnología antisísmica!


Para conocer más ruinas, el paso siguiente era ir a explorar el Valle Sagrado, siempre a orillas del río Urubamba. Opción 1, contratar uno de esos tours que no terminás viendo nada y la gente se pone re pesada, o Opción 2, hacerlo todo por cuenta propia tomando cuanto transporte público esté disponible. Adivinaron! Sí, tomamos la opción 2. A viajar con la prole en buses destartalados!

El destino? Ollantaytambo, un pequeño pueblito, uno de los más cercanos a Machu Picchu, que arriba de la montaña tiene unas ruinas, aparentemente un puesto militar, unos almacenes y unos cuantos andenes de cosecha. Allí pasaríamos la noche para poder recorrer con tiempo todo.

Las ruinas no hacen más que confirmar que estos incas eran una civilización realmente avanzada. Los bloques de piedra usados en la construcción tienen un tamaño imponente, 10 toneladas? Quizás 12? Cómo harían para moverlos? Y lo más llamativo de todo es que la propia ciudad está sobre ruinas incas, pero a diferencia de Cusco todavía conservan incluso los desagues y canalizaciones originales, todo en piedra.

Pavada de ingenieros!

Ah! Me olvidaba, después de cruzar el puente hacia las ruinas hay un bolichito de una chilena y un español que hacen un guacamole buenísimo.

miércoles, 14 de abril de 2010

El señor que tiembla

Al recorrer las angostas callecitas del Cusco, como es infaltable en Perú, los taxistas en sus pequeñitos Ticos (http://en.wikipedia.org/wiki/Daewoo_Tico) van persiguiendo a posibles clientes, acompañando a veces el paso y tocando bocina una y otra vez insoportablemente (como si esto convenciera a alguien de tomar un taxi). Por alguna extraña razón también suponen que los más propensos a tomar taxis son los extranjeros.

Sin embargo, lo que más llama la atención es que casi absolutamente todos tienen pegados enormes y ridículos stickers (muchos ya saben que odio los stickers en el auto) con figuras cristianas y alusiones constantes al Señor de Huanca o Señor de los Temblores.

La verdad que al principio no entendía ni jota, ¿quién será el Señor de los Temblores? Una visita a la Catedral aclaró el asunto. Resulta que así como hay muchas vírgenes distintas, que la de Rosario, la de Luján, que la del Carmen, aquí también hay varios “señores” o “jesuses”. Cuenta la leyenda andina que allá lejos por el 1650, cuando Cuzco era una pequeña aldea de adobe (sobre las ruinas incas, claro está…) hubo un terremoto de grandes proporciones. El movimiento no paraba, hasta que a alguien se le ocurrió sacar a un Cristo a la calle y allí dicen, paró la catástrofe. De ahí en más, los cusqueños alaban todo el tiempo al “Señor de los Temblores” y le piden que por favor no les mueva más el piso. Una vez por año se realiza una gran procesión y lo sacan en andas por toda la ciudad. Ah, me olvidaba, es negrito y lleva pollera (es muy pudoroso).

martes, 13 de abril de 2010

Feeling like a Gringo

Finalmente y luego de casi 1 mes, terminamos de cruzar por completo el altiplano! Ya estamos en Cusco, una de las ciudades más lindas de Sudamérica y como pocas, logra amalgamar con estilo su glorioso pasado de capital imperial inca, la ocupación española comandada por el traicionero Pizarro y su actual presente.

Curiosamente, el centro histórico, diseñado por uno de los incas que no me acuerdo el nombre, tiene forma de puma, una de las deidades incas y pueden verse por todos lados las piedras de las antiguas construcciones incas. Sobre ellas se yerguen los muros de las construcciones posteriores.

Las catedrales son aún más numerosas que en Sucre o Salta y exhiben un despliegue casi obsceno de oro y plata. Los altares son barrocos, recargados a más no poder. La mayoría, están erigidas en los que otrora fueran templos incas.

Pero hoy, claramente en Cusco quien manda es el turismo, y entre callecitas angostas, cimientos incas y catedrales coloniales, la ambición desmedida de Pizarro por el oro inca parece haber transmutado. Ahora el oro es verde, viene en papelitos con la cara de un tal Franklin y los incas ricos son gringos rubios con ropas sintéticas. Los “pizarristas” paradójicamente son los propios locales, descendientes de los incas. El acoso es constante, intentar cruzar la plaza de armas es toda una odisea y lo siguiente es más o menos lo que sucede:

- Jelou may friend, a massaggg?
- Gracias, gracias
- Gud restaurant, my friend…
- No, no tengo hambre ahora
- Snacks mister, snacks…
- Pero no tengo hambre…
- Travel eigency, uant to gou to Valle Sagrado? City Tour?
- No, no quiero ver nada
- Amigo, ya se viene la lluvia, compreme un ponchito, se va a mojar
- Grrrr, quiero mojarme…
- Ar yu luking for a hotel?
- No, no looking for anything
- Amigo, sáquese una fotito con mi llamita
- Gracias señora, pero no
- Aros may friend, aros, silver
- Que no soy gringo! Tengo los huevos llenos. No me rompan más las pelotas.
- Ah! Amigo, argentino, argentino, argentino! Bienvenido al Perú, ¿quiere cogollo?
…………………………………………….

Nota al pie: Los propios vendedores de “cogollo” “trabajan” en conjunción con la policía, así que a los pocos metros de efectuar la venta, la policía atrapa al fumón de turno y probablemente todo termine en una comisaría con una abultada coima.


lunes, 12 de abril de 2010

Amantaní, la isla encantada

Finalmente y luego de casi 1 mes termino de escribir este post. Realmente no entiendo todavía por qué me costó tanto escribirlo. A veces uno se inspira y las frases y los relatos salen más rápido que lo que los dedos pueden escribir, y a veces no…

La cuestión es que gracias al consejo de Palu y Juli decidimos pasar la noche en esta isla, que a mi entender de todas las que vimos en el lago, es la más bonita. Aclaremos que esta sí es una isla hecha y derecha (no como las de mentirita de paja) a casi 3 horas de Puno. La idea era quedarnos allí a dormir en la casa de una familia local, compartiendo la mesa y algunas otras cosas. A mí me parecía una idea fantástica, en general la gente por estos lados es muy tímida y cerrada, por lo que creía sería la excusa perfecta para hablar de muchas cosas.

Después de un buen rato de navegar llegamos al muelle. La isla parece encantada, el lago está bien calmo y la superficie es un espejo plateado. Anselma, nos está esperando en el muelle con sus ropas de fiesta, todo con muchos bordados de colores brillantes. La seguimos, caminando por un laberinto entre las plantaciones de papas, subiendo la colina. Pasados los 20 minutos llegamos a su humilde casita, mitad de adobe, mitad de material. La vista es increíble y el silencio acompaña.

Anselma, para no ser la excepción es bien pero bien tímida. La ayudamos a cortar unas papas mientras nos cocina una sopa en una especie de cocina económica, pero hecha de barro y donde el combustible es algún arbusto local. De alguna manera va cocinando los ingredientes en cazuelitas de barro que va cambiando de un agujero al otro de una manera casi inentendible. Sospecho que debe ser la misma cocina que usó su madre y también su abuela, poco parece haber cambiado por aquí, el tiempo creo es sólo una dimensión importante para las grandes ciudades, acá es algo completamente accesorio.

Nos sentamos a una mesita ratona y comemos la sopa junto a un rico te de muña (http://es.wikipedia.org/wiki/Minthostachys_mollis), pensamos que Anselma se va a sentar con nosotros, pero no, se queda toda chiquita comiendo al lado del fuego. Luego de insistirle varias veces se sienta con nosotros, a pesar de estar contenta de tenernos en su casa, pareciera tener vergüenza. Sólo después de un rato se anima a preguntarnos algunas cositas.

Por la tarde y para ver el atardecer subimos al cerro Pachatata. Primero atravesamos un laberinto de casitas, luego ya seguimos un camino de piedra hasta la cumbre, donde hay unos sitios sagrados en los que una vez por año los lugareños hacen sus fiestas. Desde arriba todo parece etéreo, el atardecer se va demorando y nos regala unos hermosos reflejos plateados. No hay viento ni ruidos, sólo paz. Tanta paz que decidimos quedarnos bien hasta que baje el sol y llegar a las casas con poca luz.

Al llegar, Anselma nos está esperando, estaba un poco preocupada que nos hubiéramos perdido en el cerro. Es que además por la noche la comunidad organiza una fiesta y estamos invitados. Para ir, Anselma nos presta unas cuantas ropas interesantes. Para Mariela miles de atuendos multicolores, parece una muñequita rusa de tantas capas que tiene. Para mí sólo un ponchito y el chuyo :-(.

La banda tarda en aparecer, nadie sabe qué pasó y todos estamos esperando. Y se larga la lluvia con todo. Finalmente aparecen y todo cambia. La banda es francamente malísima, hasta la versión propia de “El condor pasa” es irreconocible. Pero la gente baila y baila sin parar, pareciera que nunca bailaron en su vida. Saltamos y bailamos, pero la altura puede más, casi 4000 metros no son poca cosa.
 
Al rato, la lluvia amaina y entre la garúa volvemos a nuestra casita en la isla, hay que descansar, mañana será otro día intenso.

Comentarios más fáciles

Hola! Queremos contarles que a partir de ayer encontramos la opción para que se pueda comentar posts sin necesariamente tener una cuenta de gmail. Esperamos que así sea más fácil y esperamos más comentarios!!

Besos

sábado, 10 de abril de 2010

Uros: Flotando sobre totora

Hoy definitivamente me siento dentro de un docuemental de la NatGeo. El gran lago sagrado esconde en sus islas formas de subsistencia bastante particulares y pintorescas, que perduran gracias al aislamiento relativo de la globalización y la “civilización”, y hoy las vamos a visitar.

Uno de estos particulares grupos étnicos son los Uros, un grupo pacífico de pescadores que vivía inicialmente a orillas del lago hasta que los incas comenzaron a hostigarlos. Y no encontraron mejor idea que irse a vivir al medio del lago, pero ¿cómo? Armando islas flotantes de totora y viviendo arriba de ellas. Menuda tarea se eligieron, pero todo con tal de no rendirse.

Hoy existen casi 50 islas flotantes en el lago, todas de totora y sólo totora, enlazadas entre sí y con canales que las surcan. Y lo bueno es que la lancha en la que viajamos, a diferencia de Bolivia sí tiene chalecos salvavidas!!

Llegar a las islas es muy bizarro, todo, absolutamente todo es de paja, el suelo es increíblemente mullido y las casitas parecen de juguete, también de paja seca. Hasta los barcos se hacen de junco aquí, junco compacto y bien atadito.

Mantener todo esto requiere una increíble cantidad de trabajo. Hacer de 0 una pequeña nueva islita le insume a la comunidad casi 6 meses de trabajo de varias personas. Primero se junta la totora desde la raíz, luego se la deja secar, se la ata en fardos unidos entre sí y ya tenemos la base. Después se amarra al fondo del lago, para que el viento no nos lleve hasta Bolivia y por último la paja mullida superficial por donde se caminará. Luego las casitas y listo! Hay que tener en cuenta también que cada 6 u 8 meses hay que ir cambiando los recubrimientos porque comienzan a pudrirse.   

Es cierto que hoy las islas parecen un poco Disneylandia, cada día llegan algunos extranjeros a conocerlas (tampoco demasiados) y los locales los reciben con sus prendas típicas y hacen un poquito de show, pero también es cierto que gracias al turismo y a mostrar su forma de vida esta gente encontró una manera inteligente de seguir sustentando su vida de totora. Las comunidades más abiertas, aprovechan esta actividad para, sin perder sus costumbres ancestrales, poder enviar a sus hijos al colegio, comprar paneles solares y así evitar que algún accidente con velas incendie toda la isla o mejorar un poco su forma de vida.

Mientras estamos en la isla, nos ponemos a hablar con Luis. El siempre nació y vivió aquí, excepto cuando jóven se fue a Puno a probar suerte. Volvió gracias al turismo. Nos invita a conocer su casita, es increíblemente pequeña, sólo unas esteras en las que duerme con su familia y un lugar pequeñito donde sentarse. Pero todo muy limpio y cuidado. Esta gente aprendió a vivir con poco pienso, para ellos todo lo superfluo o excedente sólo contribuye a hundirlos un poquito más. Y quizá también sea un poquito así para nosotros, a veces cuanto más se tiene, menos se tiene.

viernes, 9 de abril de 2010

Bienvenido al Perú

Salimos al mediodía de Copacabana, unos pocos kilómetros bordeando el lago y habremos cambiado de país. ¿Cómo será? ¿Más desarrollado? ¿Y la gente? ¿Será más propensa a hablar? En un ratito llegamos a la frontera y estamos a punto de develarlo.

En general todas las fronteras suelen ser intrínsecamente feas, pueblos fantasmas sin actividad productiva concreta, dedicados al contrabando, arbolitos y estafadores de algún tipo. Nuestra cautelosa guía Lonely Planet for gringos dice que debemos tener cuidado, cuándo no, con los oficiales de las fuerzas de seguridad. La causa, siempre la misma, ¡bribe! El Diego para los amigos.

Llegamos nomás a la frontera, una pequeña cadenita divide ambas patrias. Delante nuestro una chica gringa discute con el oficial de frontera boliviano, que no tengo plata, que si, que tiene que pagar para salir, que son 100 bolivianos, que dónde está el cajero automático?, Jajajaj cajero, acá??? 40 kilómetros hacia atrás… Nuestros pasaportes azules RA hacen la magia, sendas sonrisas cordiales a ambos lados de la frontera y ya está, cruzamos la cadenita.

Con sólo cruzar la frontera hay cambios que son visibles. Se ven campos labrados por doquier, parece haber más pueblos y la gente es definitivamente más comunicativa. ¡Al fin!

Y como aparición estelar: los mototaxis!


jueves, 1 de abril de 2010

Lo mejor y lo peor de Bolivia

La golosina más rica: golazo
La bebida más rica: jugos frutales (con agua)
Bebida típica: api
Comida típica: pique macho
La mejor empanada: Salteña de carne en Potosí.
Lo más bizarro: la gente viajando en la bodega del bus para eludir el control policial
Lo más surrealista: Sud Lípez (reserva Eduardo Avaroa)
Lo más macabro: las duchas eléctricas de Uyuni
Un momento de paz: atardecer Laguna Colorada
Un momento de furia: cuando Miguel quería sacar la camioneta del barro marcha atrás a toda velocidad
La iglesia más linda: Catedral de Sucre
El altar más increíble: Catedral de Copacabana
La plaza más linda: Plaza de Armas de Sucre
La ciudad más linda: Sucre
La ciudad más fea: Uyuni
El mejor restaurant: Munaypata (Sucre)
La mejor atención: La Taverne (Sucre)
El mejor hostel: Onkel Inn (La Paz)
La mejor ducha: Hostel Provenzal (La Paz)
El peor restaurant: Sumaj (Potosí)
La peor atención: Napolitana (Sucre)
El peor hostel: Marith (Uyuni)
El peor baño: baño público de la “Terminal” en Uyuni
Una desilusión: las papas rellenas recomendadas por Lonely Planet en Sucre
Una cuenta pendiente: Santa Cruz de la Sierra y Rurrenabaque