martes, 9 de marzo de 2010

La ciudad más alta del mundo

En medio de la madrugada llegamos (sanos y salvos) a Potosí, a 4060msnm, nada más ni nada menos que la ciudad más alta de todo el mundo y una de las más importantes de América Latina durante sus dos primeros siglos de historia.
A pesar de los comentarios negativos que habíamos recibido, el centro (la parte antigua) nos pareció bellísimo. Resulta conmovedor caminar por calles de más de cuatro siglos de antigüedad, ver tantas iglesias, los muros de un metro de ancho, los faroles, los portones, etc. Aquí no hay ochavas y las veredas son angostísimas (hay veces que literalmente desaparecen y uno debe andar por la calle). Se hace imposible caminar abrazados :-(
Desplazarse es realmente muy difícil, especialmente durante el día, porque todo el centro hormiguea con gente que va para todos lados y buses (minibuses, en realidad) que pasan finito y voceando sus destinos (sí, a pesar de llevar carteles indicadores, generalmente cada bus lleva un niño que va anunciando los distintos puntos del recorrido). Si bien existen semáforos, el tránsito es "dirigido" por la policía (o al menos eso intentan). Es todo tan caótico que entrar al hostel es como llegar a un remanso, bien aislado de todo el ajetreo exterior. Por la noche, todo cambia. La ciudad se ilumina con sus mejores galas y reina la tranquilidad.
Lamentablemente el clima no nos ha acompañado ni un poquito en Potosí, siempre lloviendo y nublado así que se dificulta ver los altos cerros de los alrededores, incluso cuesta adivinar la silueta del cerro Rico (tristemente célebre por sus minas de plata que alimentaron las arcas españolas durante varios siglos en proporciones incomensurables a costa de la vida de centenares de miles de mineros locales). A pesar de que los siglos pasaron y de que ahora vivimos en un "mundo civilizado" acá todavía hay gente que trabaja bajo la tierra extrayendo lo poco que queda del preciado mineral por unas pocas monedas. La visita a la Casa de la Moneda fue muy esclarecedora en muchos aspectos.
En fin, si tuviera que darles un consejo, les diría que a pesar de lo que escuchen, vengan a Potosí. Vale la pena!
Saludos a todos desde el camino,
Marie
Potosí, Bolivia
25 de febrero de 2010








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