Locoto: Dícese del fruto tipo ají más pequeño pero más picante, mucho más picante.
Con esto en mente, a la hora de ordenar la cena en el restaurante El Álamo (pique macho), explícitamente la pedimos sin locoto. Así que cuando llegó, le entramos con confianza. Imagínense la sorpresa al ingerir un bocado y sentir que mi boca comenzaba a incendiarse. Inmediatamente me convertí en un dragón y, aunque retiré el pedacito del infame locoto de mi boca, el ardor no cedía. Los del restaurant trajeron azúcar para calmar la sensación pero aun así toda mi boca estaba en llamas. Seguí echando fuego durante al menos 10 minutos ante la mirada de JP que se reía y yo que podía sentir el ardor hasta en mis neuronas. Espero no ser víctima de semejantes errores en el futuro. Dudo de que mi sistema nervioso pueda resistir otra experiencia así de picante. :)
Saludos a todos desde el camino,
Marie
Tupiza, Potosí, Bolivia
19 de febrero de 2010
¡Jajaja! Te re entiendo, Marie. A mí me pasó algo similar en un restaurant mexicano. Nada como una inocente sopa de cebolla. Creí morir.
ResponderEliminar¡Besotes!
¡Epa! ¿Y cuál era el plato?
ResponderEliminarChe, percepción del terremoto por ahí... ¿nop? Besos a ambos
El plato era pique macho. Aquí el terremoto no se sintió nada pero lo estuvimos siguiendo bastante en la tele chilena porque tenemos varios amigos allá y todavía nos falta escuchar de algunos.
ResponderEliminarBesos
La falta de tolerancia de tu sistema nervioso al picante seguramente se debe a una compensación de los genes, ya que similares experiencias en el atiplano a mi no me causaron más que un "epa... pica". Lo siento, me quedé con toda la capacidad de absorver picante de la familia me parece :P
ResponderEliminarDeci la verdad Marie!!! Juampi te pego un beso de aquellos!!! al grito de "Tomá negra, mira como te deje la jeta!!" :D
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