Con el cruce de la frontera toca cambiar de cronista oficial. Al fin puedo escribir!!!!
Entonces permítanme decirles que estoy muy sorprendida. Para ser sincera, tenía mis serias dudas respecto de Bolivia, quizás a causa de los estereotipos.
Sin embargo, si bien solo llevamos en Bolivia unas pocas horas, he de decir que estaba equivocada. Salvo por el desorden y la desorganización del cruce fronterizo La Quiaca-Villazón, todo lo demás ha sido destacable: la puntualidad del tren, la amabilidad y el respeto de la gente y, por sobre todo, los bellísimos paisajes.
Algo que nos llamó muchísimo la atención fue la cantidad de gente (muchísima) que cruza la frontera sin hacer los trámites migratorios. Se supone que la mayoría son locales o gente que cruza por un rato a hacer turismo o comerciantes que llevan al hombro (a la espalda sería más preciso en realidad) montañas de bultos. De no ser por tratarse de un paso fronterizo, les hubiera sacado alguna foto para que puedan darse una idea del peso que carga esta gente. Imaginénse que caminan casi al trote con 4 cajones de cerveza a la espalda. Es un hormigueo incesante. Dado el escaso / nulo control, no sorprenden entonces los precios de la mercadería que uno encuentra apenas cruzado el límite.
Una vez sorteado el trámite migratorio, comenzamos a andar por las calles de Villazón. En realidad, por la calle principal de Villazón, Avenida República Argentina, siempre, hacia arriba. Sí, lo que dicen del olor aquí es cierto pero pasadas unas cuadras ya no se siente más. :)
Resultó que la estación de trenes estaba más lejos de lo que creíamos así que llegamos más muertos que vivos. Por suerte conseguimos pasaje para el tren que salía la misma tarde así que finalmente pudimos sentarnos a descansar (¿no habrán creído que descansamos en el bus de Humahuaca a La Quiaca??? NO!!! A pesar de tener pasaje con asiento asignado, resulta que los señores de El Panamericano sobrevenden el tramo y uno tiene que viajar aprox. 200km (más de 2 horas y media) parado o sentado como puede en el pasillo!!! Yo tenía entendido que eso era peligroso pero parece que a la CNRT ni a Gendarmería les importa. En fin.)
Puntualmente despachamos el equipaje y, luego de jugar un poco con algunos niños locales (todo lo que teníamos les llamaba la atención desde mi llavero-mascota y broche de pelo hasta la cámara de fotos, por supuesto) abordamos el tren. El viaje fue muy bueno. Lo único es que algunas de las ventanillas no abrían (a pesar de ser el vagón ejecutivo, aquí no hay aire acondicionado) y los dos ventiladores de juguete no servían para mucho y que la mitad de los asientos van mirando hacia atrás. Me explico mejor: el vagón está dividido en dos, separados por las puertas y los baños. En consecuencia, los asientos del 1 al 28 miran hacia atrás mientras que los del 29 al no se cuanto miran al frente. Todavía no entiendo por qué. ¿Alguien sabe si es una característica de Fiat o algo local de acá???
En las 3 horas que duró el viaje (sí, es un poco lento para tan pocos km pero es por lejos la mejor opción) no dejé de maravillarme con el paisaje. Éste cambió constantemente de puna a quebrada a mesetas a ríos a formaciones rocosas extravagantes, etc. En esos momentos uno desea poder recorrerlos libremente sin estar atado a los rieles.
Al llegar a Tupiza, nuestro primer destino boliviano, la estación rebosaba de gente, cada uno con sus bártulos varios. Al salir, se nos aproximaron varias "promotoras de hospedaje" pero siempre muy respetuosas y amables al decirles que uno iba a ir a ver otros hostels. De todas formas, la búsqueda fue corta, por suerte. El primero que vimos nos pareció tranquilo, limpio y cómodo así que nos instalamos. Igual no tuvimos mucho tiempo para relajarnos pues aquí la gente cena muy temprano por lo que allí fuimos en búsqueda de un lugar para cenar luego de la parada de rigor en el cyber (no saben qué tortura!!!!!!!!!!! Mi conexión por módem de 56kb era más rápida!!!). Por todos lados se ven carteles de Pollo Broaster, aparentemente una versión del pollo frito. Más adelante les contaremos. Después recorrimos el centro con su plaza, iglesia y municipalidad. Había mucho movimiento para ser un día de semana. Algo destacable también es el hecho de que la ciudad está muy limpia y cuidada (al menos las pocas cuadras céntricas que recorrimos). Lo mismo corre para Villazón. Esto confirma una vez más lo del respeto que percibimos en la gente de estos pagos. Todos aparentemente muy orgullosos de su tierra.
Saludos a todos desde el camino,
Marie
Tupiza, Potosí, Bolivia
18 de febrero de 2010
lunes, 22 de febrero de 2010
Un pueblito colgado en los andes
Hace quizá 10 o 15 años, el banco Macro, el que más presencia tiene en esta zona del país (incluso llamativamente más que el Nación) publicó un spot muy pintoresco, en el cual mostraba un pequeño poblado perdido en las montañas Salteñas, al cual iban una vez por mes con un banco móvil. Una especie de simpático camioncito que se transformaba en escritorios en donde se atendía a la gente del pueblo. El nombre del pueblito es Iruya. Hacia allí decidimos ir, para alejarnos de los carnavales globalizados.
Por la zona hay pequeños pueblitos perdidos, lo que justifica un servicio de fatigados pero serviciales colectivos, estilo 140 o 92. Una vez que se aparta de la ruta 9, el camino se vuelve de ripio, y empieza a surcar la inmensidad de la seca y extrema puna jujeña. El colectivo sube, sube y para en lugares impensados, en donde la gente se baja, literalmente en el medio de la nada. De dónde vendrán? A dónde irán?
De a poquito llegamos hasta arriba, a 4100 metros, en el límite de Jujuy y Salta, de aquí es todo para abajo. El camino tiene más eses que las que un porteño como yo está acostumbrado en su dicción diaria. Es un zigzag sin fin, hasta llegar abajo de la quebrada, en donde se abre un pintoresco cañón. En cada curva el colectivo parece amagar con irse abajo, pero siempre la trompa termina entrando finalmente en el camino. Mi mejor garantía es que el chofer hace más de 7 años que hace el recorrido, y por lo visto lo sigue haciendo.
Llegamos a Iruya, el paisaje es hermoso. El pueblo es pequeño y está literalmente colgado de las laderas en la base de un cañadón más verde que lo esperable en esta zona. La luz llegó hace poco, también hay internet esporádica, incluso celular. El progreso está llegando, y el pueblo parece contento de recibirlo.
Nos quedamos en lo de doña Asunta, una kolla muy simpática.
Por la zona hay pequeños pueblitos perdidos, lo que justifica un servicio de fatigados pero serviciales colectivos, estilo 140 o 92. Una vez que se aparta de la ruta 9, el camino se vuelve de ripio, y empieza a surcar la inmensidad de la seca y extrema puna jujeña. El colectivo sube, sube y para en lugares impensados, en donde la gente se baja, literalmente en el medio de la nada. De dónde vendrán? A dónde irán?
De a poquito llegamos hasta arriba, a 4100 metros, en el límite de Jujuy y Salta, de aquí es todo para abajo. El camino tiene más eses que las que un porteño como yo está acostumbrado en su dicción diaria. Es un zigzag sin fin, hasta llegar abajo de la quebrada, en donde se abre un pintoresco cañón. En cada curva el colectivo parece amagar con irse abajo, pero siempre la trompa termina entrando finalmente en el camino. Mi mejor garantía es que el chofer hace más de 7 años que hace el recorrido, y por lo visto lo sigue haciendo.
Llegamos a Iruya, el paisaje es hermoso. El pueblo es pequeño y está literalmente colgado de las laderas en la base de un cañadón más verde que lo esperable en esta zona. La luz llegó hace poco, también hay internet esporádica, incluso celular. El progreso está llegando, y el pueblo parece contento de recibirlo.
Nos quedamos en lo de doña Asunta, una kolla muy simpática.
Nos cansamos del cumbia carnaval, nos vamos al cerro
El carnaval, al menos en Tilcara, de típico tiene bien poco. Supongo que es lo que sucede con los lugares a los que se llega con relativa facilidad. La mayoría de los "carnavaleros" somos gringos bien blanquitos, probablemente la mayoría con menos noción de la Pachamama o del carnaval mismo que una cholita del NYSE, del NASDAQ o contratos de futuros.
La chicha incluso, bebida alcohólica típica de los pueblos andinos, perdió la batalla contra las más rentables cervezas Norte, Salta o Quilmes también. Pocos trajes, menos instrumentos típicos, mucha cumbia, mucha cumbia. Espuma talco y papel picado. Por las tardes la resaca del pueblo se hace sentir.
Nos cansamos de la gente, el quilombo y el cumbia carnaval, nos vamos a las montañas.
La chicha incluso, bebida alcohólica típica de los pueblos andinos, perdió la batalla contra las más rentables cervezas Norte, Salta o Quilmes también. Pocos trajes, menos instrumentos típicos, mucha cumbia, mucha cumbia. Espuma talco y papel picado. Por las tardes la resaca del pueblo se hace sentir.
Nos cansamos de la gente, el quilombo y el cumbia carnaval, nos vamos a las montañas.
Una más para Tilcara
El camping está a más no poder, tenemos una carpa a cada costado, una adelante, varias a ambos lados. Está complicado. Bañarse es difícil, incluso para ir al baño hay que hacer cola. Y como siempre aquí hay viento y polvo, mucho polvo. Intentamos una vez más con el hostel de enfrente, el de Victoria, y esta vez tenemos suerte. Hay buena onda en el lugar, y Bartolo, el perro, es macanudo.
Cocinamos un revuelto, charlamos un rato con varia gente del hostel que están dando vueltas por aquí, y luego a disfrutar de un mullidísimo colchón, quizá no tanto pero es lo que me pareció. A media noche suena el timbre, qué raro, Victoria sale, intercambia palabras preocupadas con alguien y luego de vuelta, todo tranquilidad.
Mucha gente está convencida que la inseguridad es una sensación de las grandes ciudades, y que además está amplificada por los medios. Me gustaría creerles, suena tranquilizador (o quizá no tanto por lo que le toca a los medios). Sin embargo Tilcara no me parece justamente una ciudad grande, a lo sumo estimo que tendrá 10 o 15 mil habitantes. Hace rato que no tengo opinión formada en este tema, no se bien qué pensar.
Durante la tarde, quién sabe si mientras estábamos o no, alguien entró al a casa de adelante del hostel y se llevó todas las pertenencias de quienes quizá con esfuerzo llegaron a tenerlas y estaban disfrutando inocentemente de una fiesta popular. Estamos casi a 1900 km de Buenos Aires.
Cocinamos un revuelto, charlamos un rato con varia gente del hostel que están dando vueltas por aquí, y luego a disfrutar de un mullidísimo colchón, quizá no tanto pero es lo que me pareció. A media noche suena el timbre, qué raro, Victoria sale, intercambia palabras preocupadas con alguien y luego de vuelta, todo tranquilidad.
Mucha gente está convencida que la inseguridad es una sensación de las grandes ciudades, y que además está amplificada por los medios. Me gustaría creerles, suena tranquilizador (o quizá no tanto por lo que le toca a los medios). Sin embargo Tilcara no me parece justamente una ciudad grande, a lo sumo estimo que tendrá 10 o 15 mil habitantes. Hace rato que no tengo opinión formada en este tema, no se bien qué pensar.
Durante la tarde, quién sabe si mientras estábamos o no, alguien entró al a casa de adelante del hostel y se llevó todas las pertenencias de quienes quizá con esfuerzo llegaron a tenerlas y estaban disfrutando inocentemente de una fiesta popular. Estamos casi a 1900 km de Buenos Aires.
miércoles, 17 de febrero de 2010
Polvorienta Tilcara
Si Purmamarca es un pueblito soñado enclavado en un paisaje privilegiado y con magia, Tilcara es la antítesis. Dicen que Tilcara significa en quechua lugar del buen cuero o algo parecido, para mí significa algo así como la capital nacional del polvo. No demos vueltas, el pueblo es feo, bien feo y los carnvales lo ponen más feo aún. Las calles están atestadas de gente que sube desde la capital de la provincia para aprovechar el feriado largo y tomar vino, mucho vino.
Empiezo a pensar que el carnval acá no es todo lo típico que me imaginé
Empiezo a pensar que el carnval acá no es todo lo típico que me imaginé
El desentierro del diablo
Este sábado es cuando comienza con todo el carnaval, ese día lo desentierran al diablo y durante la semana todo es fiesta, alegría y vino, vino vino, mucho mucho vino. También Fernet, cerveza, algo que le dicen saratoga, que intuyo que es una mezcla media rara y chicha, un destilado del maíz, que es lo que se tomaba antes del "progreso". El alcohol, como la comida también y la pirotecnia no se pagan, sino que cada comparsa tiene "padrinos" que se encargan de proveer esto por sus propios medios.
Nos vamos para el norte, a Tilcara, dicen que ahí quizá es más fácil conseguir algún lugar dónde quedarse, el pueblo es más grande y además está cerca de Maimará, en donde dicen que el desentierro vale la pena verlo. Mañana nos despertamos bien temprano, a las 6. Tenemos que intentar tomar el primer micro, el resto ya viene lleno de abajo. Esperemos tener suerte.
Nos vamos para el norte, a Tilcara, dicen que ahí quizá es más fácil conseguir algún lugar dónde quedarse, el pueblo es más grande y además está cerca de Maimará, en donde dicen que el desentierro vale la pena verlo. Mañana nos despertamos bien temprano, a las 6. Tenemos que intentar tomar el primer micro, el resto ya viene lleno de abajo. Esperemos tener suerte.
Carnaval y jueves de comadres
Es jueves y todo el mundo en el pueblo está hablando del "jueves de comadres". Para mí, lo único que asocio con comadres son las comadrejas y los tapados de los 70. Pobrecitas. Mi ignorancia de la tradición del carnaval es casi total y no entiendo nada. Las mujeres salen a la calle con sus cajas y un ramito de albahaca, quién sabe por qué.
Según dice Luis, este jueves, las mujeres son agasajadas y pueden hacer lo que les venga en gana. Entiendo por esto que el resto del año la tradición es que hagan lo que el marido les manda. Van por las calles, algunas copleando y juntándose en cada esquina. Me cuentan que van pasando por las casas y las van agasajando con comida y bebida. Eso no lo vi.
Según dice Luis, este jueves, las mujeres son agasajadas y pueden hacer lo que les venga en gana. Entiendo por esto que el resto del año la tradición es que hagan lo que el marido les manda. Van por las calles, algunas copleando y juntándose en cada esquina. Me cuentan que van pasando por las casas y las van agasajando con comida y bebida. Eso no lo vi.
Luis, el purmamarqueño visionario
Buscamos y buscamos un lugar para dormir, pero el carnaval y las bellezas de este pueblito nos juegan en contra. Hay gente y se siente. Después de buscar un largo rato terminamos en una hostería bonita, no era nuestra idea, pero la cama se ven tan pero tan mullida que nos convence. Enfrente tenemos un hostel medio escondido y en construcción, y ahí es donde lo conocimos a Luis, el dueño del lugar.
Luis tendrá unos 40/45 años y es purmamarqueño de nacimiento, al igual que su padre y su abuelo, Don Tomás. Intentó probar suerte en San Salvador, me cuenta. La encontró, pero después de un tiempo empezó a extrañar las noches claras y el 7 colores. Así fue que volvió al pueblo hace 8 años y con un terreno que le dejara el abuelo entre manos, decidió que lo suyo era recibir gente y difundir las bondades del lugar.
Luis me cuenta que el turismo está comenzando a despegar en este pueblito hace 5 o 6 años, que para muchas familias locales ya es una certeza y que para muchas otras sería una gran oportunidad. Sin embargo, me dice, no es sencillo que la gente local aprecie la oportunidad, el rechazo al cambio es grande. Así, el negocio se lo llevan los de afuera, un par de hoteles boutique atendidos por porteños le dan la razón.
Nos vamos, sin antes dejar de mirar de nuevo el 7 colores desde el techo a medio construir de su hostel. En no mucho tiempo será un mirador privilegiado para quienes lleguen hasta acá y conozcan a Luis.
Luis tendrá unos 40/45 años y es purmamarqueño de nacimiento, al igual que su padre y su abuelo, Don Tomás. Intentó probar suerte en San Salvador, me cuenta. La encontró, pero después de un tiempo empezó a extrañar las noches claras y el 7 colores. Así fue que volvió al pueblo hace 8 años y con un terreno que le dejara el abuelo entre manos, decidió que lo suyo era recibir gente y difundir las bondades del lugar.
Luis me cuenta que el turismo está comenzando a despegar en este pueblito hace 5 o 6 años, que para muchas familias locales ya es una certeza y que para muchas otras sería una gran oportunidad. Sin embargo, me dice, no es sencillo que la gente local aprecie la oportunidad, el rechazo al cambio es grande. Así, el negocio se lo llevan los de afuera, un par de hoteles boutique atendidos por porteños le dan la razón.
Nos vamos, sin antes dejar de mirar de nuevo el 7 colores desde el techo a medio construir de su hostel. En no mucho tiempo será un mirador privilegiado para quienes lleguen hasta acá y conozcan a Luis.
Empanadas jujeñas y otras delicias culinarias
Dicen que somos lo que comemos, y acá la cosa ya es distinta a lo que se ve en las "grandes" ciudades de abajo (Jujuy, Salta). En cuanto a las empanadas, a diferencia de las salteñas, las cuales son invariablemente al horno, y si es de barro mejor aún, las empanadas jujeñas parecieran ser todas fritas. Los tamales y las humitas son tentempiés infaltables en la dieta quebradeña; el maíz, como le dicen acá y no choclo, ocupa un lugar central en la mesa andina. En cuanto a la carne, hay algo de pollo y definitivamente no hay que dejar de mencionar la carne de llama. La vaca bueno, se quedó en la llanura. Algo hay, nada más.
Las verduras, especialmente el tomate y la lechuga son de muy buena calidad, y llama la atención la poca variedad de papas que se ven en los mercados, habiendo según nos contaron más de 500 variedades diferentes. Lo que sí me falta probar todavía es el picante de lengua.
Empanada: $1,50
Humita o Tamal: $7
Agua de litro y medio: $5
Locro: $20
Las verduras, especialmente el tomate y la lechuga son de muy buena calidad, y llama la atención la poca variedad de papas que se ven en los mercados, habiendo según nos contaron más de 500 variedades diferentes. Lo que sí me falta probar todavía es el picante de lengua.
Empanada: $1,50
Humita o Tamal: $7
Agua de litro y medio: $5
Locro: $20
El pueblito y su cerro de siete colores
Purmamarca, 2250 msnm, 1800 km de Bs. As.
La Quebrada de Humahuaca es uno de los pocos lugares en Argentina que es Patrimonio Mundial de la Humanidad. Creo, si no me equivoco que los otros son Iguazú, el glaciar Perito Moreno y las ruinas de San Ignacio Miní. Remontando el cauce del río Grande de sur a norte la primera localidad generalmente visitada es Purmamarca, luego Tilcara, Maimará y más al norte la misma Humahuaca.
Purmamarca está enclavada en un angosto valle y en la intersección de la ruta 9 y el camino que va a Salinas Grandes, al Paso de Jama, y luego a Calama, en Chile. Es un lugar seco. Por todos los costados la flanquean altos cerros, secos, tachonados de cardones y de una paleta privilegiada de colores. El rojo ocre es el protagonista.
Las casas son casi todas de adobe y las calles angostas y de tierra. En la plaza hay un pequeño mercado artesanal y hay por todos lados kollas ofreciendo vistosos tejidos. Purmamarca tiene algo que el resto de los pueblos de la Quebrada (al menos los que fuimos viendo) no tienen, y eso es magia. Purmamarca significa en quechua "tierra virgen" y sí que lo es para el turismo. La oferta de alojamiento y servicios turísticos es escasa, pero incipiente. Cuesta conseguir lugar, además de ser una tierra privilegiada, estamos en carnaval y los precios lo reflejan.
El turismo es una oportunidad única para este pueblo. Puede convertirse en un motor revitalizador de toda la sociedad o bien ser en un negocio más de la gente de abajo. La respuesta está en las manos de esta gente, sólo ellos la tienen, pienso mientras bajo caminando a la plaza por la callecita de la postal.
La Quebrada de Humahuaca es uno de los pocos lugares en Argentina que es Patrimonio Mundial de la Humanidad. Creo, si no me equivoco que los otros son Iguazú, el glaciar Perito Moreno y las ruinas de San Ignacio Miní. Remontando el cauce del río Grande de sur a norte la primera localidad generalmente visitada es Purmamarca, luego Tilcara, Maimará y más al norte la misma Humahuaca.
Purmamarca está enclavada en un angosto valle y en la intersección de la ruta 9 y el camino que va a Salinas Grandes, al Paso de Jama, y luego a Calama, en Chile. Es un lugar seco. Por todos los costados la flanquean altos cerros, secos, tachonados de cardones y de una paleta privilegiada de colores. El rojo ocre es el protagonista.
Las casas son casi todas de adobe y las calles angostas y de tierra. En la plaza hay un pequeño mercado artesanal y hay por todos lados kollas ofreciendo vistosos tejidos. Purmamarca tiene algo que el resto de los pueblos de la Quebrada (al menos los que fuimos viendo) no tienen, y eso es magia. Purmamarca significa en quechua "tierra virgen" y sí que lo es para el turismo. La oferta de alojamiento y servicios turísticos es escasa, pero incipiente. Cuesta conseguir lugar, además de ser una tierra privilegiada, estamos en carnaval y los precios lo reflejan.
El turismo es una oportunidad única para este pueblo. Puede convertirse en un motor revitalizador de toda la sociedad o bien ser en un negocio más de la gente de abajo. La respuesta está en las manos de esta gente, sólo ellos la tienen, pienso mientras bajo caminando a la plaza por la callecita de la postal.
Remontando la Quebrada
Entramos en la quebrada; Cambiamos la selva por los cardones; el verde por el ocre; la lluvia por el sol; la humedad por la sequedad; cielos nublados por noches diáfanas. Subimos, siempre subimos. Salimos de Lozano bien temprano, como para aprovechar el día, lo ideal es hacer cosas por la mañana, después comer tranquilo y hacerse una siestita no bien comienza la tarde. Después volver a salir cuando el sol no pega tanto.
Amaneció bien nublado, todo encapotado y la amenaza siempre latente de una garúa constante o quizá la continuación del diluvio. La mochila va pesada, la siento pesada. No tiene más cosas encima, pero llevamos 4 días con la carpa y sin poder bañarnos. Hoy decimos, dormimos en una cama mullida y con un buen baño. Intentamos hacer dedo en la ruta, si teníamos suerte no tendríamos que esperar el micro. No tuvimos. Aquí nadie para, van todos muy apurados.
Nos dijeron que los colectivos a Purmamarca paran por aquí, pero ¿cuáles serán? Intento parar un micro, pero no, este va directo a Bolivia, otros a La Quiaca. Finalmente llega el colectivo, estamos contentos, nos subimos, $8 (quisieron cobrarnos $11) por 65 km, no está mal.
Todo para arriba, subiendo, siempre subiendo.
Amaneció bien nublado, todo encapotado y la amenaza siempre latente de una garúa constante o quizá la continuación del diluvio. La mochila va pesada, la siento pesada. No tiene más cosas encima, pero llevamos 4 días con la carpa y sin poder bañarnos. Hoy decimos, dormimos en una cama mullida y con un buen baño. Intentamos hacer dedo en la ruta, si teníamos suerte no tendríamos que esperar el micro. No tuvimos. Aquí nadie para, van todos muy apurados.
Nos dijeron que los colectivos a Purmamarca paran por aquí, pero ¿cuáles serán? Intento parar un micro, pero no, este va directo a Bolivia, otros a La Quiaca. Finalmente llega el colectivo, estamos contentos, nos subimos, $8 (quisieron cobrarnos $11) por 65 km, no está mal.
Todo para arriba, subiendo, siempre subiendo.
Lagunas de Yala
Cuando uno piensa en el NOA, institivamente lo asocia al Tren a las Nubes, San Antonio de los Cobres, Humahuaca o el cerro de los siete colores. También surgen llamas, alpacas, vicuñas y todas los spots de Telecom y su "Llama que llama". Supongo que la mayoría de la gente asocia al NOA con el ocre, la piedra y los cardones.
Sin embargo, gran parte del atractivo virgen de estas provincias lo constituyen las selvas subtropicales de yungas; Aquí los lugareños lo llaman genéricamente "el monte". En el monte se pueden encontrar tucanes, pájaros de todo tipo, mariposas del tamaño de una mano y grandes felinos como el yaguareté.
El plan del día es conocer un circuito de lagunas de altura que se encuentran en plena yunga, se las conoce localmente como lagunas de Yala, aunque son 4 y tienen distintos nombres. Caminamos 5km desde Lozano hasta la pequeña localidad de Yala. De ahí empieza el camino, 11 km hacia arriba, al principio pavimentados, el resto de ripio de dudosa reputación. Como siempre en esta zona está nublado y garúa de a ratitos. No da subir caminando, o mejor dicho preferiríamos que no, así q intentamos que alguien nos alcance y tenemos mucha suerte.
El segundo auto que pasa es un Fiat Spazio azul, con una parejita joven, de Buenos Aires. No recuerdo el nombre, pero ella es diseñadora de ropa y el trabaja en la Casa de la Moneda. Nos ofrecen alcanzarnos hasta la laguna y aceptamos gustosos. Al ratito de salir el camino se pone sinuoso y empieza a serpentear por la ladera. El desnivel se hace sentir y las curvas tapizadas de ripio grueso de algún cauce que las cruza le imponen una dura prueba al pequeño autito. Así y todo, con paciencia y pericia llegamos arriba. El espectáculo es hermoso. Una laguna de altura, de aguas verdosas y rodeada de profusa vegetación. En la otra orilla está el desemboque de un arroyo, un mallín verde y unos caballos pastando parsimoniosamente. Es un lugar para quedarse, hay algunas carpas.
Intentamos rodear la laguna, pero no se puede, un tramo de orilla es algo escarpada, de todas formas llegamos hasta donde los caballos. Cuando volvemos empieza a amagar largarse, y los chicos del Spazio no están más, sólo una Courier blanca y un grupo de personas. Les pregunto si bajan. "Claro que sí" es la respuesta y también "los llevamos". Julián, el chofer, es jujeño y está llevando a conocer a su prima de Buenos Aires, y a una tía de San Pedro de Jujuy los encantos de su provincia. Nos convidan unas galletitas e incluso nos llevan gustoso a conocer una cascada que no habíamos visto al subir. Finalmente nos dejan en la Boheme, en el cruce de la ruta y nos saludamos. Incluso cuando les comentamos que iríamos a Bolivia nos ofrecieron llevarnos el Domingo hasta Aguas Blancas, pero nosotros iríamos por La Quiaca.
Sin embargo, gran parte del atractivo virgen de estas provincias lo constituyen las selvas subtropicales de yungas; Aquí los lugareños lo llaman genéricamente "el monte". En el monte se pueden encontrar tucanes, pájaros de todo tipo, mariposas del tamaño de una mano y grandes felinos como el yaguareté.
El plan del día es conocer un circuito de lagunas de altura que se encuentran en plena yunga, se las conoce localmente como lagunas de Yala, aunque son 4 y tienen distintos nombres. Caminamos 5km desde Lozano hasta la pequeña localidad de Yala. De ahí empieza el camino, 11 km hacia arriba, al principio pavimentados, el resto de ripio de dudosa reputación. Como siempre en esta zona está nublado y garúa de a ratitos. No da subir caminando, o mejor dicho preferiríamos que no, así q intentamos que alguien nos alcance y tenemos mucha suerte.
El segundo auto que pasa es un Fiat Spazio azul, con una parejita joven, de Buenos Aires. No recuerdo el nombre, pero ella es diseñadora de ropa y el trabaja en la Casa de la Moneda. Nos ofrecen alcanzarnos hasta la laguna y aceptamos gustosos. Al ratito de salir el camino se pone sinuoso y empieza a serpentear por la ladera. El desnivel se hace sentir y las curvas tapizadas de ripio grueso de algún cauce que las cruza le imponen una dura prueba al pequeño autito. Así y todo, con paciencia y pericia llegamos arriba. El espectáculo es hermoso. Una laguna de altura, de aguas verdosas y rodeada de profusa vegetación. En la otra orilla está el desemboque de un arroyo, un mallín verde y unos caballos pastando parsimoniosamente. Es un lugar para quedarse, hay algunas carpas.
Intentamos rodear la laguna, pero no se puede, un tramo de orilla es algo escarpada, de todas formas llegamos hasta donde los caballos. Cuando volvemos empieza a amagar largarse, y los chicos del Spazio no están más, sólo una Courier blanca y un grupo de personas. Les pregunto si bajan. "Claro que sí" es la respuesta y también "los llevamos". Julián, el chofer, es jujeño y está llevando a conocer a su prima de Buenos Aires, y a una tía de San Pedro de Jujuy los encantos de su provincia. Nos convidan unas galletitas e incluso nos llevan gustoso a conocer una cascada que no habíamos visto al subir. Finalmente nos dejan en la Boheme, en el cruce de la ruta y nos saludamos. Incluso cuando les comentamos que iríamos a Bolivia nos ofrecieron llevarnos el Domingo hasta Aguas Blancas, pero nosotros iríamos por La Quiaca.
10.000 milímetros y Entre Ríos
Cuando compré la carpa para ir a los glaciares, uno de los ítems más importantes con que se la mencionaba era que la tela del sobretecho soportaba una columna de agua de 10.000mm. En general todas las telas impermeables usadas para camperas, carpas, etc tienen que pasar por esta prueba. De todas formas, 10.000 siempre fue un número abstracto, hasta el día de ayer.
Pasadas las 11 de la noche, las sucesiones de relámpagos empezaron a hacerse cada vez más continuas, hasta que se largó con todo. Diluvió fuerte y sin pausa toda la noche, sin viento, pero con mucha agua. De esas tormentas que en Buenos Aires harían colapsar todos los subtes e inundarían Blanco Encalada. Sin embargo adentro no entró ni una gota de agua.
Al salir por la mañana comprobamos cómo la carpa había quedado literalmente entre ríos (mejor dicho unos charcos), no serían el Paraná ni el Uruguay, pero por ahí andaban.
Pasadas las 11 de la noche, las sucesiones de relámpagos empezaron a hacerse cada vez más continuas, hasta que se largó con todo. Diluvió fuerte y sin pausa toda la noche, sin viento, pero con mucha agua. De esas tormentas que en Buenos Aires harían colapsar todos los subtes e inundarían Blanco Encalada. Sin embargo adentro no entró ni una gota de agua.
Al salir por la mañana comprobamos cómo la carpa había quedado literalmente entre ríos (mejor dicho unos charcos), no serían el Paraná ni el Uruguay, pero por ahí andaban.
Comenzando a remontar el río Grande
De el romance del fin y muerte del General Juan Galo de Lavalle
El río Grande serpentea
como mercurio brillante,
testigo callado de luchas y matanzas.
Ejércitos del Inca,
caravanas de cautivos,
columnas de Conquistadores,
caballerías patriotas.
Para arriba, para abajo.
Y luego noches de silencio mineral
en que vuelve a sentirse el solo murmullo del río Grande,
imponiéndose
lenta pero seguramente,
sobre los sangrientos pero tan transitorios
combates entre los hombres.
Los guerreros vivaquean en la noche helada,
y una voz,
la voz de Damasita,
canta su dolor.
El río Grande serpentea
como mercurio brillante,
testigo callado de luchas y matanzas.
Ejércitos del Inca,
caravanas de cautivos,
columnas de Conquistadores,
caballerías patriotas.
Para arriba, para abajo.
Y luego noches de silencio mineral
en que vuelve a sentirse el solo murmullo del río Grande,
imponiéndose
lenta pero seguramente,
sobre los sangrientos pero tan transitorios
combates entre los hombres.
Los guerreros vivaquean en la noche helada,
y una voz,
la voz de Damasita,
canta su dolor.
viernes, 12 de febrero de 2010
Yungas - Verde, todo verde
Desde el valle del río Grande las laderas se ven verdes, bien verdes. Estamos en las Yungas, la zona selvática subropical de mayor biodiversidad del país, incluso aún más que en Iguazú. Dicen que en el monte hay pájaros de todo tipo, tucanes, pumas, yaguaretés, y un montón de otros bichos.
Y se nota. A la noche la profusión de ruidos es soprendente, no pasa un minuto sin escuchar a los sapos, a las chicharras o quien sabe qué otros bichos. Hay mariposas grandes, muchas arañas y miles de bichos de todos colores.
Estamos a 1500 metros, arriba, sólo 60 km más arriba, en Purmamarca es todo seco.
Y se nota. A la noche la profusión de ruidos es soprendente, no pasa un minuto sin escuchar a los sapos, a las chicharras o quien sabe qué otros bichos. Hay mariposas grandes, muchas arañas y miles de bichos de todos colores.
Estamos a 1500 metros, arriba, sólo 60 km más arriba, en Purmamarca es todo seco.
Con el paraguas a la moda
Ignoro si será una costumbre nueva o de toda la vida, pero la cuestión es que aquí los paraguas tienen doble uso, no sólo se usan para la lluvia sino aún más para cubrir a los transeuntes del sol del mediodía.
Buenos Aires queda lejos
09 de Febrero, Lozano, Yungas Jujeñas
Llegamos el lunes por la tarde a la terminal de San Salvador y tal como lo dice la guía que tenemos, acá es donde se empieza a sentir la influencia de Bolivia y el altiplano. Las calles están atestadas de mercados callejeros y en los negocios de comida ya se empiezan a vislumbrar platos distintos, como la sopa de maní.
En las calles las cholas venden chucherías y Buenos Aires ya parece estar lejos, muy lejos.
Dimos unas vueltas por la ciudad, mientras esperábamos que llegara el colectivo que nos llevaría a Lozano, el 11D. La distancia no es sólo cultural sino que pareciera que el tiempo para muchas cosas todavía no ha pasado. ¿Se acuerdan cuando en Buenos Aires el colectivero te vendía el boleto? En muchas ciudades de Argentina incluso hay sistemas mucho más avanzados que las primitivas expendedoras con monedas de Buenos Aires, con tarjetas magnéticas o sistemas electrónicos.
Acá los colectiveros te siguen vendiendo el boleto. No tienen el 11-14, pero casi.
Llegamos el lunes por la tarde a la terminal de San Salvador y tal como lo dice la guía que tenemos, acá es donde se empieza a sentir la influencia de Bolivia y el altiplano. Las calles están atestadas de mercados callejeros y en los negocios de comida ya se empiezan a vislumbrar platos distintos, como la sopa de maní.
En las calles las cholas venden chucherías y Buenos Aires ya parece estar lejos, muy lejos.
Dimos unas vueltas por la ciudad, mientras esperábamos que llegara el colectivo que nos llevaría a Lozano, el 11D. La distancia no es sólo cultural sino que pareciera que el tiempo para muchas cosas todavía no ha pasado. ¿Se acuerdan cuando en Buenos Aires el colectivero te vendía el boleto? En muchas ciudades de Argentina incluso hay sistemas mucho más avanzados que las primitivas expendedoras con monedas de Buenos Aires, con tarjetas magnéticas o sistemas electrónicos.
Acá los colectiveros te siguen vendiendo el boleto. No tienen el 11-14, pero casi.
La tacita de plata y el éxodo
09 de Febrero, Lozano, Yungas Jujeñas
1710 km de Buenos Aires
En la confluencia del río Grande y el Xibi Xibi, está una de las ciudades más antiguas de Argentina, San Salvador de Jujuy. Por su ubicación estratégica en el comienzo (o al final de la quebrada de Humahuaca) fue punto obligado de parada entre el altiplano potosino y el alto perú y Córdoba y las ciudades de la llanura. Punto de frontera entre ejércitos realistas y patrios en esta ciudad sucedió uno de los capítulos más importantes en la guerra de la independencia.
Belgrano, a cargo del ejército del norte, sin ninguna formación teórica más que la de abogado, al comprender que no tenía sentido librar batalla sino que sería más útil replegarse en San Miguel de Tucumán y juntar fuerzas allí organizó el éxodo jujeño. La ciudad fue completamente abandonada (había fuertes castigos para los que se negaran a abandonar sus casas) y los campos con cultivos arrasados de manera que las fuerzas realistas no encontraran nada a su paso. Finalmente, la movida tuvo su éxito relativo, las fuerzas independentistas agrupadas en Tucumán pudieron luego expulsar a los españoles nuevamente al norte.
De todas formas, no sería hasta que San Martín organizara su innovador y sorpresivo cruce de los Andes que la historia cambiaría. Por el Alto Perú nunca se llegaría hasta Lima.
1710 km de Buenos Aires
En la confluencia del río Grande y el Xibi Xibi, está una de las ciudades más antiguas de Argentina, San Salvador de Jujuy. Por su ubicación estratégica en el comienzo (o al final de la quebrada de Humahuaca) fue punto obligado de parada entre el altiplano potosino y el alto perú y Córdoba y las ciudades de la llanura. Punto de frontera entre ejércitos realistas y patrios en esta ciudad sucedió uno de los capítulos más importantes en la guerra de la independencia.
Belgrano, a cargo del ejército del norte, sin ninguna formación teórica más que la de abogado, al comprender que no tenía sentido librar batalla sino que sería más útil replegarse en San Miguel de Tucumán y juntar fuerzas allí organizó el éxodo jujeño. La ciudad fue completamente abandonada (había fuertes castigos para los que se negaran a abandonar sus casas) y los campos con cultivos arrasados de manera que las fuerzas realistas no encontraran nada a su paso. Finalmente, la movida tuvo su éxito relativo, las fuerzas independentistas agrupadas en Tucumán pudieron luego expulsar a los españoles nuevamente al norte.
De todas formas, no sería hasta que San Martín organizara su innovador y sorpresivo cruce de los Andes que la historia cambiaría. Por el Alto Perú nunca se llegaría hasta Lima.
Entre a mi pago sin golpear
Fue mucho mi penar
Andando lejos del pago
Tanto correr
Pa' llegar a ningún lado
Y estaba en donde nací
Lo que buscaba por ahí.
Es oro la amistad
Que no se compra ni vende
Solo se da
Cuando en el pecho se siente
No es algo que se ha de usar
Cuando te sirva y nada más.
Así es como se dan
En la amistad mis paisanos
Sus manos son
Pan, cacho y mate cebado
Y la flor de la humildad
Suele su rancho perfumar.
La vida me han presta'o
Y tengo que devolverla
Cuando el creador
Me llame para la entrega
Que mis huesos, piel y sal
Abonen mi suelo natal.
La luna es un terrón
que alumbra con luz prestada
Solo al cantor
Que canta coplas del alma
Le estalla en el corazón
El sol que trepa por su voz.
Cantor para cantar
Si nada dicen tus versos
¡Ay! Para qué
Vas a callar al silencio
Si es el silencio un cantor
Lleno de duendes en la voz.
Mi pueblo es un cantor
Que canta la chacarera
No ha de cantar
Lo que muy dentro no sienta
Cuando lo quiera escuchar
Entre a mi pago sin golpear.
Andando lejos del pago
Tanto correr
Pa' llegar a ningún lado
Y estaba en donde nací
Lo que buscaba por ahí.
Es oro la amistad
Que no se compra ni vende
Solo se da
Cuando en el pecho se siente
No es algo que se ha de usar
Cuando te sirva y nada más.
Así es como se dan
En la amistad mis paisanos
Sus manos son
Pan, cacho y mate cebado
Y la flor de la humildad
Suele su rancho perfumar.
La vida me han presta'o
Y tengo que devolverla
Cuando el creador
Me llame para la entrega
Que mis huesos, piel y sal
Abonen mi suelo natal.
La luna es un terrón
que alumbra con luz prestada
Solo al cantor
Que canta coplas del alma
Le estalla en el corazón
El sol que trepa por su voz.
Cantor para cantar
Si nada dicen tus versos
¡Ay! Para qué
Vas a callar al silencio
Si es el silencio un cantor
Lleno de duendes en la voz.
Mi pueblo es un cantor
Que canta la chacarera
No ha de cantar
Lo que muy dentro no sienta
Cuando lo quiera escuchar
Entre a mi pago sin golpear.
Salta, Primeras impresiones: Una sociedad muy católica
Uno de los elementos distintivos que llama la atención en la ciudad de Salta es la cantidad de iglesias, conventos, catedrales que afloran por doquier en cada esquina. En el centro histórico de la ciudad y me atrevería a decir que en no más de 10 manzanas a la redonda hay 4 o 5 iglesias de dimensiones considerables. No sólo llama la atención hoy en día, sino que todas ellas se levantaron durante el siglo XIX, imagínense la desproporción que habría en esa época entre semejantes templos y el resto de la ciudad/pueblo de aquellos tiempos.
En conclusión, todo lleva a pensar en una sociedad salteña de fines de siglo XIX de considerable riqueza y fuerte influencia católica.
En conclusión, todo lleva a pensar en una sociedad salteña de fines de siglo XIX de considerable riqueza y fuerte influencia católica.
domingo, 7 de febrero de 2010
Una triste verdad...
Gente, aquí sigue mi cata de empanadas del norte. Lamentablemente las empanadas salteñas son mucho pero mucho más chicas que lo que me imaginaba... Con una del Palacio de la Pizza de Corrientes y Maipú podemos sacar fácil 3 de las de acá. Igual son ricas, especialmente las de Charqui.
Cómo hacer ceviche
Casualmente, el mismo Viernes en el que llegamos a casa de Alejandro, con la idea de quedarnos un par de días y poner la carpa en su jardín, unos cuantos amigos de Cs habían quedado en juntarse por la noche a preparar ceviche, y obviamente comerlo luego!
Qué mejor oportunidad para aprender a hacer un plato tan rico! El encargado de la implemantación de la preparación es Marco, un personaje muy afable, italiano de nacimiento, de madre peruana y que vive hace varios años en Barcelona. Entre los ayudantes estamos nosotros, Jessica, una chica de Montana que decidió venir a cabalgar caballos y a hacer exepediciones en Cafayate (que trajo un vino dulce riquísimo), una parejita polaca/italiano y unos cuantos amigos de Cs de aquí de Salta.
Particularmente a mí me tocó la tarea de exprimir las limas, aunque según Marco, no consiguieron las "verdaderas" si no otras parecidas y no tan ácidas y a Mariela cortar el pescado (merluza en esta ocasión). Según Marco, cualquier pez blanco es bueno, siempre y cuando no sea carroñero.
Además del ceviche preparamos una batata dulce que ahora no recuerdo el nombre, choclo blanco, y un par de cosas más.
Finalmente, después de un rato de trabajo mancomunado terminamos el ceviche, que luego de 15 minutos de cocción en el jugo de lima estaba listo para comer, mmhmhmhm que sabroso!!!!
En cuanto Marco me pase la receta, la reenvió para que lo prueben en sus casas!
Qué mejor oportunidad para aprender a hacer un plato tan rico! El encargado de la implemantación de la preparación es Marco, un personaje muy afable, italiano de nacimiento, de madre peruana y que vive hace varios años en Barcelona. Entre los ayudantes estamos nosotros, Jessica, una chica de Montana que decidió venir a cabalgar caballos y a hacer exepediciones en Cafayate (que trajo un vino dulce riquísimo), una parejita polaca/italiano y unos cuantos amigos de Cs de aquí de Salta.
Particularmente a mí me tocó la tarea de exprimir las limas, aunque según Marco, no consiguieron las "verdaderas" si no otras parecidas y no tan ácidas y a Mariela cortar el pescado (merluza en esta ocasión). Según Marco, cualquier pez blanco es bueno, siempre y cuando no sea carroñero.
Además del ceviche preparamos una batata dulce que ahora no recuerdo el nombre, choclo blanco, y un par de cosas más.
Finalmente, después de un rato de trabajo mancomunado terminamos el ceviche, que luego de 15 minutos de cocción en el jugo de lima estaba listo para comer, mmhmhmhm que sabroso!!!!
En cuanto Marco me pase la receta, la reenvió para que lo prueben en sus casas!
sábado, 6 de febrero de 2010
Salta la linda, es linda
12 y media de la noche, Pedernera 878, Salta, Argentina
1600 km
El día amaneció cerrado y con alguna garúa fina, que no hizo más que acentuar el verde penetrante del paisaje del camino desde San Miguel de Tucumán hasta Salta, muy bonito. Paramos a eso del mediodía en el parador de Metán y luego derechito hasta Salta. Mucho verde, soja y caña de azúcar, soja y caña, soja y caña...
Llegamos a la terminal y de allí a llamar a Alejandro, nuestro host y luego tomar el colectivo 7E. El colectivo lo encontramos rápido, sale a cualquier parte de la ciudad $1,35 (acá es con monedas o hay unas tarjetitas magnéticas) y en poco menos de 30 minutos nos bajamos en la esquina de Pedernera y Entre Ríos. Caminamos 3 cuadras y allí llegamos, a la casa de Alejandro.
1600 km
El día amaneció cerrado y con alguna garúa fina, que no hizo más que acentuar el verde penetrante del paisaje del camino desde San Miguel de Tucumán hasta Salta, muy bonito. Paramos a eso del mediodía en el parador de Metán y luego derechito hasta Salta. Mucho verde, soja y caña de azúcar, soja y caña, soja y caña...
Llegamos a la terminal y de allí a llamar a Alejandro, nuestro host y luego tomar el colectivo 7E. El colectivo lo encontramos rápido, sale a cualquier parte de la ciudad $1,35 (acá es con monedas o hay unas tarjetitas magnéticas) y en poco menos de 30 minutos nos bajamos en la esquina de Pedernera y Entre Ríos. Caminamos 3 cuadras y allí llegamos, a la casa de Alejandro.
Pequeñas malas costumbres
12 de la noche, acabamos de dejar la terminal de Rosario, nos queda una parada más para levantar
gente en Rafaela, y luego cargar Gasoil en Sunchales. De ahí a Tucumán sin escalas. Ruta abierta.
No me considero una persona que hace muchos viajes, mejor dicho al menos no que utilice asiduamente servicios de transporte masivo como avión o micro. De hecho este post es una excusa para que aquellos
que sí lo hacen me den su opinion...
Invariablemente, una situación que se repite, especialmente cuando la gente aborda el transporte en paradas sucesivas es la asignación de los asientos. La lógica convencional es sencilla, uno compra el boleto, ya sea por internet o por boletería, elige los asientos y luego cuando sube al transporte busca el numerito correspondiente y voilá.
Sin embargo, y por alguna extraña razón, la mayoría de las veces la gente al ver otros asientos vacíos llega a la conclusión que el suyo que eligió originalmente ya no le gusta más; quizá porque no está al lado de la ventanilla, porque está lejos de la tele, porque está muy cerca del baño, y así siguen las razones.
Otro caso particular es el intercambio de asientos entre conocidos. Claro! Yo quiero sentarme con Fulanito, pero Menganito quiere sentarse con Sultanito, pero el problema es que esa fila de asientos es de a 2. Entonces, vení para acá, que aquél va para allá y le pedimos al de al lado si se puede correr un lugar, y todos contentos! Imagínense que por ejemplo en un Jumbo, si cada persona implementa esa lógica, no estamos muy lejos del caos total. Recuerdo los esfuerzos vanos de las azafatas cuando volví de Boston por intentar lograr que toda el grupo de argentinos se sentara de una buena vez antes del despegue.
En esta ocasión, al parar en la estación de Liniers, sube una mujer, con su hijita, Milagros de 2 dulces años, habiendo comprado ambos un sólo asiento, el número 8. Pobre mujer, no la culpo, quizá llegó con mucho esfuerzo a juntar el costo del pasaje. Al subir, directamente no se molestó en buscar su número de asiento, sencillamente analizó todas las posibilidades y llegó a la conclusión que los mejores dos asientos eran los que estaban detrás nuestro (a pesar de haber comprado uno solo). De todas formas, algo mencionó acerca de su asiento y le indicamos amablemente cual era. Nos desestimó por completo.
Luego vino el señor "azafato", quien en buenos términos le solicitó dos veces sin éxito que ocupara su asiento, dado que probablemente hubiera inconvenientes al subir más gente en Rosario. Lisa y llanamente no le dio bola. Claro, acá la cadena comienza, porque a otra persona le pareció interesante el asiento 8 que había quedado disponible y aparentemente lo mismo sucedió con otro asiento más.
Al llegar a Rosario subieron al bus los legítimos poseedores de los asientos, quienes al ver ocupados los suyos, debieron disparar el gatillo de todo el juego. Avisarle al señor "azafato" para que venga a buscar a los "ocupas", esperar que se despierten se muevan con todas sus mantas y bártulos, a despertar al señor del 8, quien a su vez siguió la ronda.
¿Qué les parece? ¿Es una pequeñita mala costumbre nuestra? ¿Es internacional?
gente en Rafaela, y luego cargar Gasoil en Sunchales. De ahí a Tucumán sin escalas. Ruta abierta.
No me considero una persona que hace muchos viajes, mejor dicho al menos no que utilice asiduamente servicios de transporte masivo como avión o micro. De hecho este post es una excusa para que aquellos
que sí lo hacen me den su opinion...
Invariablemente, una situación que se repite, especialmente cuando la gente aborda el transporte en paradas sucesivas es la asignación de los asientos. La lógica convencional es sencilla, uno compra el boleto, ya sea por internet o por boletería, elige los asientos y luego cuando sube al transporte busca el numerito correspondiente y voilá.
Sin embargo, y por alguna extraña razón, la mayoría de las veces la gente al ver otros asientos vacíos llega a la conclusión que el suyo que eligió originalmente ya no le gusta más; quizá porque no está al lado de la ventanilla, porque está lejos de la tele, porque está muy cerca del baño, y así siguen las razones.
Otro caso particular es el intercambio de asientos entre conocidos. Claro! Yo quiero sentarme con Fulanito, pero Menganito quiere sentarse con Sultanito, pero el problema es que esa fila de asientos es de a 2. Entonces, vení para acá, que aquél va para allá y le pedimos al de al lado si se puede correr un lugar, y todos contentos! Imagínense que por ejemplo en un Jumbo, si cada persona implementa esa lógica, no estamos muy lejos del caos total. Recuerdo los esfuerzos vanos de las azafatas cuando volví de Boston por intentar lograr que toda el grupo de argentinos se sentara de una buena vez antes del despegue.
En esta ocasión, al parar en la estación de Liniers, sube una mujer, con su hijita, Milagros de 2 dulces años, habiendo comprado ambos un sólo asiento, el número 8. Pobre mujer, no la culpo, quizá llegó con mucho esfuerzo a juntar el costo del pasaje. Al subir, directamente no se molestó en buscar su número de asiento, sencillamente analizó todas las posibilidades y llegó a la conclusión que los mejores dos asientos eran los que estaban detrás nuestro (a pesar de haber comprado uno solo). De todas formas, algo mencionó acerca de su asiento y le indicamos amablemente cual era. Nos desestimó por completo.
Luego vino el señor "azafato", quien en buenos términos le solicitó dos veces sin éxito que ocupara su asiento, dado que probablemente hubiera inconvenientes al subir más gente en Rosario. Lisa y llanamente no le dio bola. Claro, acá la cadena comienza, porque a otra persona le pareció interesante el asiento 8 que había quedado disponible y aparentemente lo mismo sucedió con otro asiento más.
Al llegar a Rosario subieron al bus los legítimos poseedores de los asientos, quienes al ver ocupados los suyos, debieron disparar el gatillo de todo el juego. Avisarle al señor "azafato" para que venga a buscar a los "ocupas", esperar que se despierten se muevan con todas sus mantas y bártulos, a despertar al señor del 8, quien a su vez siguió la ronda.
¿Qué les parece? ¿Es una pequeñita mala costumbre nuestra? ¿Es internacional?
Salta la linda nos espera!
Estamos por Panamericana, en algún lugar cercano a Lima.
Siempre el NOA fue una asignatura pendiente, ahora queda Iguazú para algún momento. Según el "azafato" que nos da la bienvenida estaremos llegando mañana Viernes por la tarde, 16:30. 2 horitas más del plan original, no me importa.
Allá nos está esperando Alejandro un couchsurfer que nos ofreció el jardín de su casa para armar la carpa, adentro ya tiene gente que se queda el fin de semana. El accuweather dice que va a llover, veremos... Lo bueno es que organizaron una "ceviche party", en criollo van a hacer ceviche. Debiera haber anotado su dirección y cómo llegar en algún lugar distinto a gmail, de todas formas la recuerdo, Pedernera 878.
Lo que no recuerdo es cómo llegar...
Siempre el NOA fue una asignatura pendiente, ahora queda Iguazú para algún momento. Según el "azafato" que nos da la bienvenida estaremos llegando mañana Viernes por la tarde, 16:30. 2 horitas más del plan original, no me importa.
Allá nos está esperando Alejandro un couchsurfer que nos ofreció el jardín de su casa para armar la carpa, adentro ya tiene gente que se queda el fin de semana. El accuweather dice que va a llover, veremos... Lo bueno es que organizaron una "ceviche party", en criollo van a hacer ceviche. Debiera haber anotado su dirección y cómo llegar en algún lugar distinto a gmail, de todas formas la recuerdo, Pedernera 878.
Lo que no recuerdo es cómo llegar...
Adiós Buenos Aires...
Salimos de Retiro, la terminal como siempre, lugar de paso, lugar un poco roñoso, lugar donde la gente no quiere estar mucho.
Doblamos y nos acompaña Villa 31 por un rato y luego tomamos por el puerto. Trato de grabar postales de esta ciudad contradictoria que por algún tiempo no voy a ver. Son las 7, la autopista todavía está cargada, la gente vuelve de sus trabajos, el embotellamiento de cada día. Le saco una foto al club de pescadores, el río está hermoso, con nubes que hacen que el marrón en vez de ser bermejo fuerte adquiera reflejos plateados. Algunos privilegiados están navegando con sus veleros. Yo también soy un privilegiado.
Liniers nos espera, allá vamos a cargar más gente y comida.
Doblamos y nos acompaña Villa 31 por un rato y luego tomamos por el puerto. Trato de grabar postales de esta ciudad contradictoria que por algún tiempo no voy a ver. Son las 7, la autopista todavía está cargada, la gente vuelve de sus trabajos, el embotellamiento de cada día. Le saco una foto al club de pescadores, el río está hermoso, con nubes que hacen que el marrón en vez de ser bermejo fuerte adquiera reflejos plateados. Algunos privilegiados están navegando con sus veleros. Yo también soy un privilegiado.
Liniers nos espera, allá vamos a cargar más gente y comida.
Empieza el viaje. GRACIAS!!
Finalmente ya partimos! Gracias a todos por la ayuda que nos dieron estos días, para guardar cosas, para llevar cajas de un
lado a otro, para hacer trámites, por darnos ánimo, por organizarnos despedidas, por darnos cosas que pudieran ser útiles para el viaje,
por los consejos, recomendaciones.
GRACIAS!!!!
lado a otro, para hacer trámites, por darnos ánimo, por organizarnos despedidas, por darnos cosas que pudieran ser útiles para el viaje,
por los consejos, recomendaciones.
GRACIAS!!!!
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