New York, 10 de Septiembre de 2001, 23:30
Ring, Ring
- Buenas noches
- Hola Jaime, ¿cómo estás? Habla tu jefe, mira, mañana en vez de venir al WTC necesitamos que lleves el dinero a nuestra otra oficina del Central Park, ¿hay algún inconveniente?
- (voz medio somnolienta) Mmmh, no no, qué problema. Entonces mañana voy directamente a la oficina de la 55 a las 9AM.
- Gracias Jaime, nos vemos mañana entonces.
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Palabras más, palabras menos es lo que nos cuenta Jaime mientras afuera llueve de corrido. Curiosamente, además de vivir en NY también trabajó en Buenos Aires como repartidor de una empresa de alimentos y conoce remotos lugares (al menos para el ecuatoriano promedio) como Ranelagh, Escalada o Ciudad Evita.
Gracias a las acrobacias del destino, nuestro interlocutor pudo gambetear lo que todos ya vimos por TV ese martes hermoso de primavera en BA. Lamentablemente sus compañeros de oficina no tuvieron la misma suerte y murieron ahogados por las cenizas, el polvo y la confianza ciega en los procedimientos y las reglas; pudieron haber escapado pero no lo hicieron.
Les confieso que muchas veces pensé cómo sería estar en el lugar de alguien que providencialmente y a último momento evita una catástrofe. ¿Cómo seguirá la vida del tipo que bajó del piso 101 a comprar cigarrillos justo a tiempo? Nunca imaginé que alguna vez me fuera a cruzar con alguien que me pudiera contar cómo zafó del 11S, menos aún que fuera ecuatoriano y definitivamente menos escuchar el relato en Quito.
Felizmente las vueltas de la vida retornaron a Jaime a su tierra natal y hace unos meses está intentando levantar un viejo hostel en una casona colonial que aparentemente supo ver años mejores.
Y es que para comprender un poco mejor a este pequeño pero riquísimo país, hay que entender una significativa característica cultural: Ecuador es un país de migrantes. Se calcula que casi 2 de cada diez hijos de la tierra de Sucre viven bien lejos, la mayoría en Estados Unidos o España. Hasta hay un banco que se promociona como el “banco de los emigrantes”.
Pareciera que en el imaginario popular ecuatoriano, la tierra del tío Sam es como El Dorado para los españoles que llegaron a América, la casa de los dulces para Hansel y Gretel o la América de las oportunidades que venían buscando nuestro abuelos. Y no dudo que para muchos el hecho de inmigrar pueda abrir la puerta a nuevas oportunidades. Pero a veces, pareciera que todo este asunto es casi como una obsesión para mucha gente. Me arriesgaría a decir incluso que es difícil cruzarse con alguien que no haya vivido afuera o tenga algún pariente por ahí.
Y sin embargo, al mismo tiempo, paradójicamente Ecuador se está posicionando fuertemente como país de migración para muchos colombianos, venezolanos y centroamericanos (muy especialmente cubanos) en busca de nuevos aires y escapando de graves problemas locales.
Por último, les dejo un link a una buena película colombiana que trata el tema de la inmigración ilegal (http://www.imdb.com/title/tt0475860/). No dejen de darle un vistazo si les interesa el tema.
Ah, y todavía no puedo entender cómo tiene éxito Kentucky Fried Chicken cobrando su combo 10 dólares, cuando se consigue en todos lados lo mismo por mucha menos plata.
Vi las fotos nueva. Imposible elegir la más linda,paisajes y lugares hermosos. Uds están re lindos, viajar ilumina el alma y eso se ve en lasmiradas.Popayány Tierradentro tienen un aire mejicano.Q cuevas son las de Tierradentro? Los buses son las chivas? Además tanto cámara y fotógrafos mb. A se guir disfrutando. Besitos Cla y Gra.
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