Hoy salimos bien tempranito por la mañana, nos espera un día largo, pero super interesante, la idea es continuar adentrándonos en la selva amazónica, cada vez más cerca de la frontera con Perú y Colombia, con el propósito de conocer una de las tribus típicas de la zona.
Subimos a la canoa y le damos río abajo unas 2 horas. Entre meandro y meandro, lianas y profusa vegetación, nos cruzamos con unos delfines rosas, resultó ser que era una madre que le estaba enseñando a nadar a su delfincito! A veces cortamos camino internándonos en las zonas inundadas, así también vimos nuestra cuota de monos, tortugas y las increíbles avispas marchadoras. Al fin llegamos a la tierra de nuestros amigos los cofanes.
Si bien la aldea está en medio de la jungla y a casi a 8 horas de viaje de cualquier lugar algo civilizado, el lugar no es increíblemente precario como me había imaginado. Hasta les diría que se parece a algún campamento hippie/conservacionista que hay en las afueras de Buenos Aires. Para el almuerzo, una señora de la aldea nos contó que íbamos a hacer pan de yuca (lo que en Argentina se conoce popularmente como mandioca) desde 0. Y vaya que sí, fuimos con el machete, cortamos la planta y ahí sacamos la querida yuquita. Después la abrimos, la rallamos en unos ralladores, le sacamos el agua con un implemento muy loco y de ahí al fuego. Listo! De la planta al pan en 1 hora.
Pero todavía faltaba el plato fuerte, ir a conocer al chamán, el curandero del pueblo. Resulta que el buen hombre vivía solo y todavía más adentro en la jungla, por lo que volvimos a tomar la canoa y otros 30 minutos más. Amarramos, bajamos de la canoa y nos disponemos a esperarlo, está con otra consulta.
No se bien qué esperar, esto es muy raro. En eso pasamos y el chamán nos recibe, en su lugarcito. La primera impresión es la de estar dentro de un documental del NatGeo, está vestido con un montón de plumas, dientes de jaguareté y un sinnúmero de otros chirimbolos. Nos da la bienvenida muy cortésmente en un castellano imperfecto y ahí mismo empieza a cantar y a bailar con unas palmas en la mano. Según nos cuenta, es un ritual para ahuyentar los malos espíritus.(El video no es mío, pero el chamán es el mismo)
Luego empezamos a conversar y realmente no tiene desperdicios. Nos cuenta que para ser chamán uno tiene que prepararse toda la vida, que hay que aprender cómo preparar las diversas pociones con las plantas de la selva. Luego también claro, hay que saber qué aplicar en cada caso. La instrucción inicial demora unos cuantos años. Él ya está viejo y tiene 3 aspirantes a sucederlo. Para graduarse, tienen que pasar por una prueba que incluye tomar una poción alucinógena por 24 horas y ver cosas raras.
Mayormente atiende a gente de la aldea, pero también nos cuenta que a veces viene a verlo gente de lejos y que desde que las petroleras están haciendo trabajos en la jungla más y más gente le aparece con problemas nuevos. Dice que para muchos está investigando soluciones, pero que muchas veces no hay nada que hacer, el Dios que ve en sus alucinaciones a veces le da respuestas, otras veces no.
A los niños y a las mujeres embarazadas no les cobra, a los adultos, según dice, la mayoría de las veces lo canjea por trabajo. No es fácil conseguir y procesar todas las plantas que necesita para hacer sus remedios.
Por último le pregunto el nombre, y me contesta: Alberto. Chuta! Acá también llegó la globalización! Pensé que me iba a decir un nombre más raro! Finalmente, a pesar de vivir en el medio de la selva, Alberto no es ningún tonto, vende sus pociones alucinógenas a 10 dólares a todo aquel gringo que quiera comprarlas.
Cuando ustedes se fueron, Alberto se fue pal fondo y se sacó las plumas. Se puso una remera Nike y prendió su notebook, la conectó a su lcd de 32' para ver por internet satelital la fiesta de inauguración de Sudáfrica 2010. Es que le gusta ver a Shakira bailando el waka-waka... :D
ResponderEliminarRealmente que lujo, con chamán y todo. En Mejico pueden verlos en San Juan de Chamula,domingos comparten la misa católica, después paso los datos. Un abrazo Cla y yo
ResponderEliminarJajajajja, puede ser no se :-) No, no en realidad no tenían ni electricidad, así que el lcd lo veo difícil. Besos!
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