jueves, 16 de diciembre de 2010

¡Viva León jodido! ¡Viva el bello pueblo nica! (Parte 4)

Tierra de volcanes y lagunas: Masaya

A tan solo unos pocos kilómetros de Granada, la naturaleza recobra protagonismo. Esta es una zona dominada por lagos y volcanes. Las perspectivas son alentadoras pero antes decidimos hacer una parada en el pequeño poblado de Masaya para aprender un poco más de la Revolución.

NI03_00145El autobús nos dejó en un descampado atrás del mercado municipal que servía de estacionamiento/terminal pero para mí era más un basurero que otra cosa. Anduvimos un poco por el mercado lamentándonos por no poder comprar los hermosos trabajos en madera que hace esta gente y luego emprendimos el camino a pata hacia el centro. Nuestra meta: el Museo de la Revolución.

Encontrarlo no fue fácil, muy poca gente sabe de lo que le estamos hablando y la oficina de turismo, cerrada. De casualidad, en una dependencia de la municipalidad, encontramos la sala que oficiaba de “Museo” de la Revolución. Juampa súper entusiasmado se zambulló dentro pero, para nuestra decepción, el lugar resultó más un depósito de armas, ropas ensangrentadas y pilas de hojas tipeadas a máquina que un museo como tal que explicara la historia y los hechos que motivaron la revolución. Mientras regresamos hasta la “terminal” para abordar el bus que nos llevaría hasta nuestro siguiente destino no podemos evitar el chiste fácil y nos preguntamos: ¿Más allá de qué estará este pueblo? ¿De la laguna?

NI04_00156 En el antiguo cráter de un volcán yace la Laguna de Apoyo, extraño nombre si los hay (¿qué clase de apoyo puede brindar una laguna?). La primera vista que uno tiene de la laguna es desde el mirador. Es un paisaje fértil, dominado por los tonos verdes y azules. Uno de los más lindos del país. Pero para poder bañarse en sus aguas hay que descender mucho y, aparentemente, no hay camino para los peatones desde el mirador. Por lo tanto, no queda otra que tomar una serie de autobuses que lo NI04_00168llevan a uno por caminos tortuosos. Llegamos a la orilla de la laguna cuando se ponía el sol al tiempo que caía una suave llovizna. El amanecer del día siguiente nos encontró listos para disfrutar de este lugar magnífico. Juampa se calzó el chalecos salvavidas, agarró los remos y se subió al kayak. Mientras yo me hacía una siesta abordo de un velero en compañía del gato del lugar. Es un lugar para desconectarse de todo por un par de días y no hacer absolutamente nada. Pero no nosotros. Volvemos a tomarnos otra serie de autobuses para ir hasta nuestro siguiente destino.

NI05_00191A pocos kilómetros de la laguna se encuentra el volcán Masaya, aún en actividad. Al llegar a la base, el calor ya era infernal. Mientras esperábamos nuestro transporte Juampa no tiene mejor idea que ponerse a jugar con la falsa coral, mascota del guardaparques. Llega nuestro transporte pero resulta que ¡no arranca! Menos mal que contratamos el servicio. NI05_00214Hubiera sido una subida insoportable a pleno rayo del sol. La cima es increíble por la vista que se tiene de los alrededores y por los 3 cráteres que coronan este volcán. El principal sigue con sus emanaciones de azufre por lo cual se recomienda una estadía no muy prolongada en la zona. Más tarde nos internamos en las profundidades del volcán en unos túneles de lava habitados por murciélagos y las raíces de los árboles. Confirmo una vez más que los seres humanos no fuimos creados (por quién, queda a criterio del lector) para estar en la oscuridad. No bien entramos ya estoy deseando salir. Después de todo, las galerías no son gran cosa.

De regreso, unos señores nos llevan hasta la carretera. Allí otra vez nos ponemos a esperar el colectivo. Todos pasan a las chapas así que es difícil saber cuál es el que debemos tomar ya que no tenemos tiempo de leer los carteles. Paramos una minivan que va bien llena (como las de Panamá) y, por primera vez desde que llegamos al país, viajamos realmente mal. Pero, a esta altura de nuestro viaje, ya estamos curados de espanto.

 

El Pacífico nica

Cuesta imaginarse un lugar donde impera la pobreza como un destino de playa pero Nicaragua también tiene su cuota de balnearios lindos. En el Atlántico, están las Corn Islands (bautizadas así por los ingleses que dominaron la zona) y en el Pacífico hay playas de renombre internacional como San Juan del Sur (al sur) y las más populares entre los nicas: Poneloya y Pochomil (no pregunten de dónde sacan estos nombres).NI07_00316

Nosotros optamos por un pueblito de pescadores a pocos kilómetros de León. Se trata del pequeño balneario de Las Peñitas. El lugar, como era de esperar, es muy tranquilo. No hay turistas ni demasiada infraestructura. Averiguamos para hacer un tour para visitar la reserva Juan Venado (nos moríamos por ver los esteros, los manglares y las tortugas) pero todos los “operadores” parecían muy improvisados (ni siquiera podían precisar la duración del tour) y no tenían la menor intención de venderlo. Más bien parecía como si los estuviéramos molestando.

Mejor optamos por la vida de playa pero, después de observar largo rato el mar, decido que es mejor dejarle el territorio a los surfers y los delfines. Estas aguas no son para bañistas ni nadadores. Las olas son salvajes y la corriente parece muy fuerte. Intentar nadar aquí es suicidio seguro. Mejor, caminar por las desoladas playas, buscar caracoles, jugar con los perros (porque nunca faltan los perros juguetones) y mirar el atardecer desde el deck de nuestro hospedaje (Sol y Mar). Pensar que casi pasamos de largo. Por suerte, notamos una gran bandera canadiense en la puerta y decidimos preguntar. Es un lugar muy acogedor con atmósfera familiar. Desde que traspasamos el umbral, nos sentimos como en casa. Pedro y María, los encargados, son dos amores de persona y los dueños (una pareja nicaragüense que emigró a Canadá durante la guerra) también son muy amables. Por la noche, se corta la luz (algo bastante habitual en la zona) y nos quedamos con Pedro y María charlando cándidamente hasta bien entrada la madrugada. Nos cuentan de la guerra, de sus familias, de la cocina nica (María prepara un riquísimo Pico de Gallo de desayuno) y mil cosas más. Se interesan por nuestra seguridad y nos recomiendan lugares para visitar y evitar en Guatemala. Son esa clase de personas entrañables, que se hacen de un lugar en el corazón de uno y nos apena saber que probablemente no los veamos nunca más. La despedida al día siguiente se hace difícil.

NI07_00387

Esta historia continuará…

Saludos a todos desde el camino,

Marie
5 de agosto de 2010
León, Nicaragua

3 comentarios:

  1. Muy buena crónica de su viaje. La Laguna de Apoyo debe su nombre al sabor de sus aguas Alt-poyec: agua salobre. Textualmente la laguna brinda APOYO a sus pobladores al dinamizar la economía local, a través del turismo.

    Si regresan a la Reserva Natural Laguna de Apoyo y les interesa conocer todo sobre esta importante área protegida de Nicaragua les invito a recorrer su Centro de Visitantes.

    Se puede llegar así:
    1. Entrada a San Juan de Oriente (Masaya) 1C al Norte 1C Este.
    2. Desde Catarina , busquen la iglesia Católica y recorran 300 metros al Sur.

    Soliciten información: centrodevisitantes@amictlan.com.

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  2. Querido Álvaro:
    ¡Muchísimas gracias por tu comentario!
    Lamentablemente cuando estuvimos por allí no había nadie tan apasionado como tú para guiarnos hasta el centro de visitantes.
    Si algún día regresamos, lo tendremos en cuenta.
    Un abrazo,

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  3. Querida Marie: Qué comentario tan cálido sobre Pedro y María! Tenés que pasarnos la receta del Pico de Gallo.
    Escribiste con tanto cariño sobre Nicaragua y su gente que tu relato invita a conocer el país. Me alegro que hayan tenido una cálida estadía. Los paisajes y la historia de un lugar son importantes, pero creo que en un viaje el entrar en contacto con sus habitantes es lo que hace la gran diferencia entre turistas y viajeros. A seguir disfrutando. Cla y Gra

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