sábado, 18 de diciembre de 2010

Seis meses de aventura y contando

Queridos amigos:

Ya pasaron seis meses desde que dejáramos Buenos Aires. Parece que hubiera sido ayer y, sin embargo, hemos vivido tantas cosas, tan intensamente, que pareciera que estamos viajando hace mucho más. Cuando partimos nos imaginábamos que a esta altura ya íbamos a estar en los Estados Unidos pero Latinoamérica tiene tanto por conocer y descubrir que se nos hizo inevitable dedicarle más tiempo.

Muchos a los que les contamos lo que estamos haciendo creen que hace 6 meses que estamos de vacaciones. Se equivocan. Para nosotros, "viajar” no es lo mismo que “vacacionar”. Según el Diccionario de la Real Academia Española, vacación es el descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios. Nada más alejado de nuestra realidad actual. Esto no es un descanso, es una forma de vida, mucho más ajetreada que la rutina laboral de oficina. Tal es así que probablemente necesitemos unas vacaciones cuando regresemos. Pero volviendo a lo esencial, nosotros nos consideramos viajeros, no turistas. Tratamos de salirnos de la ruta turística convencional, de no hacer  excursiones, de experimentar la vida como los locales, viajando como lo hacen ellos, comiendo lo que comen ellos, comprando donde lo hacen ellos, etc., etc. Intentamos asimilar y entender la cultura, historia e idiosincrasia de cada lugar al que vamos. Hacemos todo lo posible por comunicarnos con los lugareños y establecer vínculos duraderos.

Hasta ahora, con excepción del incidente de la billetera en Costa Rica, hemos tenido mucha suerte. Hemos visitado lugares impensados. Hemos hecho cosas que jamás nos hubiéramos imaginado. Hemos conocido gente maravillosa, llena de energía y que nos inunda con su buena onda. A la vez, también hemos tenido tiempo para revalorar a todos nuestros seres queridos y extrañarlos.

Ojalá que en lo que nos queda de aventura tengamos la misma suerte. No sabemos hasta dónde vamos a llegar pero no importa. Lo importante es la aventura de viajar y conocer. Somos muy afortunados por poder hacer lo que nos gusta. Lo sabemos.

Para los que nos preguntan cómo han sido estos 6 meses, aquí va un pequeño resumen.

  • 6 meses:
    De estímulos constantes: descubrimientos, encuentros, sorpresas, alegrías y tristezas.
    De estar alerta y en guardia, no perder de vista las mochilas, comprobar que el pasaporte y el dinero de reserva sigan en su sitio.
    De constatar que la vida sigue aunque uno esté lejos. Hemos “mirado por tevé” cumpleaños, casamientos, embarazos, operaciones y demás eventos importantes, apenados por querer estar ahí y no poder.
    Viviendo cada día en un lugar donde nunca antes habíamos estado y adonde difícilmente regresemos.
    Sin la certeza de dónde vamos a estar o qué vamos a hacer mañana.
    Despertándonos prácticamente en un lugar distinto cada día.
    Durmiendo en una cama (o suelo o sofá) diferente cada noche.
    Sin llegar a aprender dónde queda el interruptor de la luz ni saber de memoria el camino al baño a oscuras.
    Sin llegar a saber los nombres de las calles ni dónde queda la farmacia, el super o el hospital.
    Sin preocupaciones mundanas, como pagar las expensas o sacar la basura entre las 8pm y las 9pm.
    Sin el bombardeo constante de los medios de comunicación.
    Sin tomarnos el subte o el 140 aunque, a veces, viajando igual de apretados, o peor.
    Sin tener que devanarse los sesos pensando en qué me voy a poner hoy.
    Usando las mismas remeras y los mismos 2 pantalones.
    Sin el placer de ponerse ropa limpia y perfumada cada día.
    Sin comer un rico asadito argentino ni unas facturas o pastas rellenas.
    Corroborando que las pastas rellenas, fuera de la Argentina, son una comida de lujo reservada para unos pocos.
    Comiendo lo que hay, aunque sea repetitivo, soso o no muy variado.
    Descubriendo nuevas frutas y verduras.
    Con la casa (léase mochilas) a cuestas.
    De empacar todo cada dos o tres días.
    De convivir el uno con el otro las 24hs viéndonos las caras noche y día.
    Sin tener a alguien más con quien desahogarse.
    Sin poder conversar en tiempo real de cosas importantes con alguien distinto de nosotros.
    Conformándonos con acariciar pichichos y gatos ajenos.
    Sacando fotos todos los días (en promedio, 50 fotos diarias).
    Tratando de plasmar por escrito todo lo que vivimos para compartirlo con Uds.
    Cruzando fronteras y coleccionando sellitos en nuestros pasaportes.
    Coleccionando anécdotas y guardando recuerdos para compartirlos con nuestros nietos.

Un abrazo grande,

Palolo y Marie 
4 de agosto de 2010
León, Nicaragua

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1 comentario:

  1. Muy buena esta síntesis!!! coincidimos con la gran diferencia que hay entre ser turistas y ser viajeros. Esta última opción es la que enriquece y oxigena el alma. Como no es facil cargar la mochila y largarse, uno trata de ser viajero y no turista aunque tenga que viajar de manera convencional. El contacto con otras gentes, compartir nuestras vivencias con aquellos que seguramente no nos volvamos a encontrar, nos deja un sello indeleble y mágico. A seguir disfrutando!!!
    Cla y Gra

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