En uno de los posts anteriores contábamos que nuestra incursión por la paisa Medellín había terminado con un intento de baile de salsa y un par de anteojos rotos. ¡Eran los míos! Por suerte, vamos rumbo a Bogotá y presiento que allí no será tan difícil conseguir anteojos como en Bolivia. Al menos, todavía los puedo usar rústicamente; son orgánicos por lo que los cristales no estallaron, sino que se rajaron de punta a punta del armazón. Otro punto a favor es que, además, también tengo a mano la graduación; cuando se les rompieron a Mariela en Bolivia, Leda, nuestra optometrista, nos envió un correo con todos los datos.
Caminando por Bogotá y buscando una óptica, no encontramos una, sino cientos! Realmente en ningún lugar vi tantos, pero tantos locales de anteojos juntos. Son tantos que incluso tienen en la calle vendedores que al ver a alguien relojeando las vidrieras o en busca de algo se le acercan y lo intentan convencer con descuentos y promociones.
Algunos miran los cristales rotos y me dicen que es policarbonato, otros que es CR-39. Hay miles de opciones y presupuestos. ¡Qué despelote! Aquí la competencia es efectiva. Esto es el mercado perfecto de los anteojos y los precios son realmente baratos, a pesar de que Colombia es un país caro en general. Caminamos, caminamos y finalmente llegamos al lugar que más nos convence, una óptica pequeña, dentro de una galería. Nos cotizan $80.000 por los cristales y también un nuevo armazón de esos que se doblan para todos lados (el anterior venía pidiendo pista hacía bastante). ¡Por 160 mangos me puedo hacer los mismos anteojos que en Buenos Aires me costaron más de 450! No es tan grave entonces que se hayan roto aquí. Es más, después de mucho pensarlo, pensarlo y repensarlo, decido hacerlos con esos cristales Transitions que se ponen más negritos de acuerdo a cuánto sol hay. ¡Qué cheto! ¡En Buenos esto sería efectivamente un bien de lujo! Después de un tiempo de usarlos, la verdad es que son muy útiles.
Mientras esperamos que salga la persona que está delante nuestro para chequear la medición visual, le digo a Mariela: “Che, ya que estamos acá, ¿por qué no hacés ajustar el armazón de los tuyos que está un poco torcido?”. El hombre, con mucho gusto los ajusta, ahora sí quedaron bien. ¡Pará! ¡Pará! ¿Qué es esa rayita? Crack, crack, ¡¡crack!! ¿Y ahora? ¡Otro par más de anteojos para rehacer! ¡¡¡Nooo!!!
Resulta que los anteojos hechos en Bolivia no eran de policarbonato, sino de vidrio común y corriente. ¡Cómo nos engatusaron! Claro, al apretar un poco la montura, no soportó la presión y se resquebrajó. No solo eso, sino que un chequeo posterior demostraría que le faltaban como 1,5 dioptrías en cada ojo para tener la graduación adecuada. El óptico nos confiaría que simplemente los hicieron con menor graduación porque es virtualmente imposible tallar vidrio con tanto aumento sin que sea obvio el engaño. ¡Qué turros! Con razón Mariela me decía que le parecía que con esos anteojos veía menos. Ya creíamos que le había aumentado la miopía y todo. :-(
El buen hombre, al ver nuestras caras de decepción, decidió hacer de tripas corazón y, en una jugada sin precedentes, decide regalarnos gratis el juego de cristales que se rompieron, ahora sí en policarbonato y con la graduación adecuada. Mientras se hacían los anteojos nos fuimos a caminar por Bogotá como dos cieguitos. ¡Nos faltaba el bastoncito!
Un par de horas más tarde fuimos a buscar los nuevos anteojos y son todo un éxito. Mariela está fascinada, ¡ahora con la graduación correcta ve bien! Y yo no tengo que ponerme lentes de contacto para usar los anteojos de sol. En agradecimiento, decidimos retribuirle al buen hombre y a su ayudante con una rica botella de vino malbec argentino y una caja de bombones. ¡No quiero imaginar qué hubiera sucedido si esto nos ocurría en Bolivia!
Me olvidé de comentarles cuando chateamos, que hace un par de días dieron por tv la siguiente noticia: en España ya estaán haciendo el tratamiento Orto k ( no se si con h o sin ella, pero es cierto, a pesar del nombre). El paciente debe dormir con lentes de contacto especiales y quitarlas durante el dia. Al cabo de un tiempo, la presión ejercida por la lente durante el tiempo de descanso,logra mejorar miopías hasta 6 dioptrias y astig. creo que 3.50.
ResponderEliminarSi se comprueba que es efectivo, adiós Enriquito and company con las operaciones. tal vez durante el viaje puedan averiguar más. Sale entre 1444 y 1700 Euros, pero si corrige la visión es barato. Besos las 2