Dedicado muy especialmente a mi querida amiga Lily.
Cuando me enteré de que Bon Jovi finalmente regresaría a la Argentina después de tantos años me quise matar. Ya tenía suficiente con saber de las presentaciones de Scorpions, Europe y Twisted Sister que iban a ocurrir en mi ausencia como para que encima los Bon Jovi se acordaran en este momento de que el sur también existe. Los esperé muchísimos años y en cada viaje que hice al exterior intenté verlos pero o estaban dentro del estudio o andaban de gira bien lejos de donde me encontraba yo. Parecía que me estaban esquivando. Por eso, mi desazón no podía ser mayor.
No obstante, por las vueltas del camino, la vida quiso que nuestra estadía en México se fuera extendiendo hasta el punto de que ir al concierto que darían en el DF el viernes 24 de septiembre dejó de ser un sueño y se convirtió en una posibilidad real y concreta. El lunes desde la ciudad de Oaxaca compré las entradas a través del demoníaco sistema TicketMaster y el martes pasamos a retirarlas. Algo que en Buenos Aires es tan sencillo como ir hasta el punto de entrega, hacer algunos minutos de cola, presentar el documento y la tarjeta y listo acá resultó toda una odisea. Los únicos puntos de venta en esa ciudad eran tres Farmacias del Ahorro (las del Dr. Ahorro). En la primera, la "encargada" de las entradas se había ido a almorzar; en la segunda, el "encargado" no tenía ni la menor idea de lo que tenía que hacer. El pobre hombre tenía un papelito mugroso con las instrucciones escritas a mano pero de poco le servían. A sus cincuenta, parecía que la tecnología y él no se llevaban. La operación demoró más 30 minutos y recién después de varios intentos fallidos y de luchar para que no volvieran a cargar los gastos en mi tarjeta de crédito, salimos de ahí con nuestros benditos tickets para el concierto.
Viernes. Llegó el día tan ansiado. Poco antes de las 7pm emergíamos de la estación Ciudad Deportiva del metro e inmediatamente fuimos interceptados por revendedores/compradores que nos acosaron con su "¿Le faltan, le sobran entradas?" hasta el mismísimo punto donde te cortan la entrada. Todo el camino parecía un mercado hecho y derecho con cientos de puestitos con todo el merchandising imaginable y por imaginar (tasas, pulseritas, jarros de cerveza, marcos para la patente del auto y, seguro que si lo buscabas, hasta papel higiénico de Bon Jovi había). El acceso fue el más largo que me ha tocado. Desde que cruzamos la reja que separa el predio de la vereda hasta el campo propiamente dicho, debemos haber caminado como 1km (gran parte por la recta principal del autódromo) y pasado 6 controles. El cielo estaba amenazante y la lluvia no se hizo esperar. ¡¡¡Todos a resguardarse debajo de las plateas!!!
Como si no fuera poco con la lluvia, nos tocó soportar de teloneros a Moderatto. ¡Para el olvido! Los flacos son un robo en 2 patas con flagrantes choreos a The Darkness, Poison, Kiss, U2 y hasta Los Enanitos Verdes. Con su producto mediocre le faltan el respeto al verdadero hard rock y a todos los amantes de este estilo. Qué no digan que hacen heavy porque claramente no tienen ni idea qué es eso. Para colmo, el mamerto del cantante repetía sin cansarse "¡A sacudir las huevas!" Cuánta mediocridad, ¡por Dios! Y encima parece que en Argentina tienen bastante éxito. ¿Qué pasa, nos estamos quedando sordos? No sé quién los habrá elegido como teloneros pero claramente no tenía ni idea de lo que hacía. Creo que hasta Cristián Castro hubiera sido un más digno telonero de Bon Jovi que estos mamarrachos.
Finalmente, alrededor de las 21.30, el estadio repleto vio apagarse las luces y subir sobre el escenario a los 4 de New Jersey, con sus dos músicos acompañantes (bajista y segunda guitarra). Finalmente, la espera había concluido. Fueron exactamente unos larguísimos 14 años, 10 meses y 20 días. Apenas 9 días más corta que si estuviera en la Argentina.
El show fue sencillamente espectacular desde la primera hasta la última canción, demostrando que saben perfectamente cómo dar un buen concierto y que la química entre ellos sigue intacta tras 27 años. Arrancaron con todo, como corresponde a una verdadera banda de rock y especialmente cuando ha estado ausente tanto tiempo (aquí en México hacía 9 años que no se presentaban). El tema elegido fue el clásico Blood on Blood (http://www.youtube.com/watch?v=QSklgGbVdYo) y logró despegar del asiento hasta a los más apagados. De ahí en más fue un justo equilibrio entre lo nuevo y lo "viejo". Claro, yo hubiera preferido que tocaran mucho más de lo “viejo” pero no me puedo quejar porque incluyeron todos los clásicos que me encantan (Born to be my baby, Wanted dead or alive, You give love a bad name, Bad Medicine, Lay your hands on me, I'll be there for you y Living on a prayer). De principio a fin no paré de cantar ni saltar. Lamentablemente se nota que ya no tengo 15. Ahora lo siento en cada músculo, tendón y hueso de mi cuerpo. Los 30 no vienen solos. :-(
Si bien el público no me pareció tan fervoroso como el argentino, se portaron muy bien logrando que la banda tocara un tema más de lo que tenían programado. Había presentes varias generaciones y se notaba que las más nuevas no se enganchaban tanto con los temas "viejos" como los más viejos del público. Igual fue una fiesta: familias completas, papá como loco cantando y bailando los clásicos, mamá babeándose con Jon, los adolescentes disfrutando de los nuevos temas y los más niñitos disfrutando de su primer gran concierto. Increíble. Incluso al terminar el show, la gente se fue del estadio cantando. ¡Maravilloso!
En mi opinión, los mejores momentos fueron cuando Richie se hizo cargo del micrófono para cantar Lay your hands on me (http://www.youtube.com/watch?v=zuo-Q_h2Puo), los dos covers intercalados en Bad Medicine (no les voy a arruinar yo la sorpresa), Captain Crash & the beauty queen from Mars, I'll be there for you (http://www.youtube.com/watch?v=GP-zy5oRKG4), Living on a prayer con una impecable intro a capela de Jon (http://www.youtube.com/watch?v=bbUin2JNKAI&feature=related), la yapa del final demostrando que escucharon los pedidos de los fans y cada vez que Jon y Richie se juntaban con sus guitarras para hacer magia. Fueron en total aproximadamente 2 horas de entrega absoluta por parte de la banda. Obvio, uno quisiera que tocaran 10 horas para compensar tantos años de ausencia pero en fin... Estoy feliz pues pude ver a mi banda favorita en compañía de mi Cielo. Fue hermoso compartir esta experiencia juntos.
Bon Jovi y Cielo: ¡gracias por una noche única! A ver cuándo se repite, ¿eh?
Saludos a todos desde el camino,
Marie
Ciudad de México, México
25 de septiembre de 2010